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Los futuros del petróleo a nivel internacional registraron la mayor suba desde el inicio de la Guerra del Golfo en 1991 y ampliaron la diferencia con el barril criollo impuesto por Lopetegui a casi 30 dólares, un nivel considerado inviable para las firmas locales.
El impresionante salto del Brent llegó a tocar el 20% hasta alcanzar los 72 dólares el barril para luego estabilizarse en 69,20, muy lejos de los 42 donde cotiza en Argentina por el techo por barril de 59 dólares a un tipo de cambio de $46.
El brusco movimiento se produjo tras los ataques terroristas a la mayor planta de procesamiento de crudo del mundo en Abqaiq, Arabia Saudita. El atentado con drones provocó un recorte del 50% de la producción de la estatal Aramco, que tiene impacto en el 6% del suministro mundial.
Además, el ataque elevó la tensión entre Estados Unidos e Irán, lo que aumentó la preocupación del mercado por las posibles sanciones económicas o hasta respuestas militares que reduzcan la oferta petrolera de Teherán.
El pico de la escalada del precio se dio con las acusaciones de Donald Trump al país persa, pero luego el mismo se retrotrajo cuando el mandatario estadounidense autorizó a utilizar el petróleo de las reservas estratégicas del país, mientras que Aramco confirmó que reestablecerá un tercio de su producción este mismo lunes.
En Argentina, la disparada del Brent profundizó el malestar de las productoras locales que venden su producción al mercado interno, ya que sostienen que de esta manera no tienen incentivos a invertir.
"Con esta diferencia solo se va profundizar la baja de equipos suspensiones y despidos en Vaca Muerta. Y justo ocurre en un mes clave, cuando los HQ globales definen sus planes de inversión para 2020. No hay razón por la cual un inversor o una compañía global quiere entrar a nuestro shale cuando en Permian, nuestro principal competidor, hoy se paga casi 30 dólares más", manifestaron a LPO.
En medio de este conflicto, el Gobierno oficializó los subsidios anunciados la semana pasada para el sector a modo de compensación por el congelamiento, pero agregó una particular cláusula que exige la renuncia a cualquier reclamo judicial.
Es por eso que las firmas están analizando qué decisión tomar, en un mercado con intereses muy diferentes entre aquellas que operan solamente en el upstream (producción), las que están integradas en toda la cadena y las que destinan la mayoría de sus productos al mercado externo que son las grandes beneficiadas de la mejora del precio en el mundo. (LPO)