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Tomar una infusión de este vegetal colabora en la eliminación de toxinas y tiene efectos diuréticos. Además, ayuda a disminuír los gases, la inflamación, baja el colesterol malo y los triglicéridos.
Para preparar una infusión, picá cuatro ramitas de perejil en un litro de agua y combiná con el jugo de un limón. Dejá reposar toda la noche y enfriala para consumirla.
Lo ideal es que tomes el litro de agua a lo largo del día, especialmente antes de las comidas.
No obstante, si estás embarazada, dando de mamar, tenés problemas renales o enfermedades cardíacas no es recomendable que la consumas. (emedem)