La gran coalición podría ser el gran perdedor de este domingo (26.05.2019). Aunque lo que se elige es el Parlamento Europeo, en Alemania el resultado es visto, sobre todo, "desde puntos de vista nacionales", dice Ursula Münch. La directora de la Academia para la Educación Política en Tutzing prevé pérdidas para los partidos democristiano y socialcristiano (CDU / CSU), así como para los socialdemócratas (SPD), o sea, para las formaciones que integran la coalición de Gobierno de la canciller Angela Merkel. El nerviosismo, en Berlín, es grande. Socialdemócratas, "los perdedores" Especialmente los socialdemócratas parecen amenazados con otra caída. El SPD consiguió más del 27 por ciento de los votos en las últimas elecciones europeas. Pero, en esta ocación, las encuestas lo sitúan con un diez por ciento menos. Ya antes, y por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, el SPD no logró ubicarse entre los dos partidos más fuertes en una elección nacional. Para la formación, una nueva derrota sería "un drama sin igual", asegura Münch. El partido más antiguo de Alemania quedaría como el de "los perdedores". Las discusiones se renovarán al interior del partido: sobre los cuadros y la orientación política del SPD, sobre la llamada Gran Coalición con los conservadores. Sin embargo, Münch no cree que los socialdemócratas rompan la coalición de Gobierno: "El SPD puede ponerse nervioso, o ver a la CDU ponerse nerviosa". Pues, también los democristianos están siguiendo con preocupación las encuestas. Algunos desaprueban el rumbo más conservador de la nueva líder de la CDU y posible sucesora de Merkel, Annegret Kramp-Karrenbauer. Otros creen que el largo liderazgo de Merkel castiga al partido y piden un cambio. Como sea, al menos el intercambio de algunos ministros, tras la elección, parece seguro. ¿Cambio de canciller o elecciones adelantadas? La inseguridad de la CDU se refleja en los rumores de las últimas semanas. Se ha manejado incluso la posibilidad de que Merkel se vaya a Bruselas y se produzca una transición a Kramp-Karrenbauer. Merkel ha negado lo primero de inmediato. Pero, además, el SPD "nunca apoyaría" un cambio prematuro de canciller, opina Ursula Münch. ¿Quedaría solo el camino de convocar nuevas elecciones para terminar la era Merkel? "Si los nervios comienzan a agitarse en la CDU", dice Münch, existe otra posibilidad. Y es aquí es donde los Verdes entran en el juego. Esto lo confirma Ralf Fücks, director del Centro para la Modernidad Liberal y expolítico verde. Con el acercamiento entre Los Verdes y la alianza liberal "Renacimiento en Europa", del presidente francés Emmanuel Macron, se baraje la posibilidad de salir de los antiguos "frentes ideólógicos". Esto permitirá "alternativas a la gran coalición". Tanto en Bruselas como en Berlín, Fücks podría imaginarse una alianza entre los Verdes, los liberales y los conservadores o los socialdemócratas. El espíritu de esta época es Verde Presumiblemente, los Verdes estarán muy cotizados después de las elecciones europeas, pues todo indica que triunfarán. "El espíritu de la época es Verde", dice Fücks. El movimiento de los Viernes para el Futuro ha hecho de la política climática el tema más importante en Alemania. Todas los partidos han hablado sobre el medio ambiente recientemente, pero Los Verdes tienen el monopolio de la confianza en que verdaderamente harían algo. Para Münch, el último desafío de los ecologistas es "no triunfar demasiado". ¿Qué harán los Verdes en la política interna alemana con sus buenos resultados en las elecciones europeas? Fücks cree que los Verdes tendrán apoyo para mover sus temas más "al centro de la agenda política". Pero, para hacer algo, tendrían que formar parte de un Gobierno. Así que no cree que los Verdes, "como claros ganadores, se prestarían a un cambio de canciller, sin nuevas elecciones". De hecho, según las encuestas, Los Verdes podrían más que duplicar el resultado de las elecciones generales de 2017 (8.9%), dejando incluso rezagado al SPD. Pero, como prácticamente todos los demás partidos están peor que en 2017, Ursula Münch llega a una conclusión lacónica: "Los Verdes estarían interesados en una nueva elección, pero los demás no". Ni siquiera la derecha populista de Alternativa para Alemania (AfD), que fue la ganadora de 2017. La AfD, con los zapatos sucios Hace dos años, la AfD se aprovechó con creces del espíritu de la época. La política de refugiados de Angela Merkel, las discusiones sobre el terrorismo y la seguridad interna moldearon el estado de ánimo. Sobre todo la cuestión de los refugiados ha perdido ahora importancia ante los ciudadanos, debido a la disminución de la migración hacia Alemania. Pero la AfD también tiene otros problemas: un escándalo de supuestas donaciones al partido, su proximidad a los extremistas de derecha: "el partido tiene, sencillamente, los zapatos sucios", dice el politólogo Münch. Eso repele a muchos votantes. Pero el desarrollo de los temas de AfD también debería ser una advertencia para Los Verdes, alerta Münch: "Hace poco, no hubiéramos pensado que el tema de los refugiados volvería a perder impulso". Según Ralf Fücks, para los Verdes es aún más importante, después de la elección, asumir su "responsabilidad histórica como puente" entre el movimiento climático y las instituciones políticas. Tras las elecciones, el reto está, nada más y nada menos que en mostrarle a la generación más joven "la capacidad de ación de la democracia parlamentaria". (dw)