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El común de los mortales padece de estrés, en mayor o menor medida, y además del descanso hay algunos trucos que podemos aplicar para palearlo.
Aunque suene extraño, un antídoto clave es la alimentación. Solemnos buscar en la abundancia y comidas hipercalóricas una especie de abrazo contenedor, ¿o no? Ese es el primer error. Una dieta balanceada ayudará mucho más que los antojos y excesos que muchas veces tenemos cuando nos sentimos agotados.
Comer azucar, grasas y sal en grandes cantidades desata un efecto inflamatorio en nuestro cuerpo. Lo indicado es consumir alimentos ricos en sustancias antiinflamatorias, antioxidantes y vitaminas.
Entonces, ¿qué comer? Sencillo: brócoli, verduras de hoja verde, frutos rojos, pescado, cúrcuma, jengibre, canela y cítricos.
Con un pequeño cambio en la dieta podrás controlar los síntomas físicos y psicológicos del estrés. Y un poquito de ejercicio y buen descanso no le hacen mal a nadie…