El levantamiento del cepo cambiario es uno de los principales motivos de discusión entre economistas, consultoras y entidades financieras que, más allá de coincidir en que eso ocurrirá en el transcurso de 2025, no llegan a un acuerdo sobre el momento exacto en que el Gobierno tomará la medida que ponga fin a más de cinco años ininterrumpidos de restricciones.
Además de las cuestiones fiscales y monetarias, como el equilibrio financiero y el nivel de las reservas netas, también se advierte sobre la necesidad de hacer frente a cuestiones de competitividad, salarios e impuestos, en una mirada integral de la economía necesaria para que el eventual levantamiento del cepo se dé con las menores complicaciones posibles.
“Para eso ayudarían eliminar el cepo, definir un nuevo régimen cambiario y un programa con el FMI”, puntualizó la entidad dirigida por Miguel Kiguel, que espera que la unificación cambiaria “se dé recién en noviembre”.
Para el economista Leonardo Piazza, de LP Consulting, admitió que “es complicado” definir una fecha aproximada para el levantamiento del cepo y advirtió que para llevar a cabo esa decisión “hay tres factores clave que aún no se han resuelto: los salarios, los costos de logística y transporte y los costos tributarios y laborales”.
“Si no logramos alinear estos tres aspectos para hacer la economía más competitiva, más productiva y, por lo tanto, más eficiente, la salida del cepo será más difícil y llevará más tiempo”, señaló en declaraciones a Canal E.
En declaraciones a Neura, Guaia consideró que “primero liberarán la restricción cruzada, para saber qué es lo que vale el paralelo realmente en el mercado, sacando el blend en algún momento para que no hay tanto flujo vendedor de contado, y ver en qué tipo de cambio se encuentra el mercado para el algún momento liberar totalmente y dejar flotar”.
Las opiniones se sumaron al reciente informe del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), que evaluó que el Gobierno priorizará la lucha contra la inflación antes que la normalización del mercado de cambios, por lo que cabe esperar un “cepo hasta octubre”, luego de las elecciones generales.
El costo de esa decisión, aseguró “será una menor acumulación de reservas, pero en año electoral el gobierno privilegia que no se interrumpa la desinflación”.
El punto de vista discordante lo aportó el BNP Paribas, que advirtió que “mantener los controles de capital podría ser más riesgoso que eliminarlos”.
“Vemos una oportunidad para que la Argentina salga de los controles de capital en el primer trimestre, antes del consenso del mercado que espera que esto ocurra después de las elecciones intermedias de octubre”, manifestó al respecto. (BAE)