El ideal hubiera sido ostentar el buen vínculo generado por redes sociales inmediatamente después de la victoria de Donald Trump en Estados Unidos. Pero el presidente Javier Milei se conformó con la nada menor invitación para el próximo jueves al complejo propiedad del republicano, Mar-a-Lago. Confía en que se abrirá una “etapa mejor” para su plan y espera el “gesto” que no llegó de los demócratas. Lucirá los resultados del ajuste y motosierra.
El desenlace electoral en el norte entusiasma a la cúpula de La Libertad Avanza. Cuando su líder se reúna con Trump en la Florida tendrá para mostrar que los recortes y reformas en la Argentina le permiten once meses después decir que “la recesión ha terminado y el país ya crece”, el dólar quieto, el riesgo país en baja y la inflación cerca de romper el 3% mensual.
En el complejo de 126 habitaciones de Palm Beach donde lo recibirá Trump, el mandatario podrá contar, además, que estos días las encuestas que mira volvieron a sonreírle.
El capital político que gastó en tiempos de vetos a la mejora de las jubilaciones y de las universidades en combo con la (todavía resistente) caída del poder adquisitivo y el aumento de las tarifas de servicios energéticos ya lo recuperó, según afirmaron a Grupo Crónica uno de sus más estrechos colaboradores y tal cual anticipó por entonces que ocurriría.
Se basan por ejemplo en la medición de la consultora Giacobbe -a la que se le suele adjudicar un perfil antikirchnerista- que a fines de septiembre midió una imagen positiva presidencial en baja hasta cerca de los 40 puntos y que ahora reveló un repunte a 50,5%. Dejando la negativa en 40,0% y la regular en 8,4%. Milei reposteó los resultados varias veces en la red social X.
Con Elon Musk, dueño de esa plataforma, el Presidente sí conversó tras el triunfo de Trump, tal cual confirmaron fuentes oficiales. El magnate fue uno de los mayores aportantes de la campaña y suena para ocupar en el gabinete republiano un ministerio de la “motosierra” llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental.
Un puesto espejo, según dicen en Casa Rosada, con el que en la gestión libertaria ocupa Federico Sturzenegger, a cargo de Desregulación y Transformación del Estado. No casualmente, Milei visitó sus oficinas este viernes y difundió fotos en redes con su equipo.
Todavía no hay detalles de la comitiva pero se estima que lo acompañarán en su séptimo viaje a los Estados Unidos la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei y el canciller Gerardo Werthein, por lo menos. El listado podría incluir al ministro de Economía, Luis Caputo, y al asesor presidencial, Santiago Caputo.
La excusa formal de la cita a la que convoca Trump, más allá del festejo por su contundente victoria, es la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC). La cumbre que reúne a dirigentes, empresarios y diversos actores sociales de la derecha global fue el motivo de la primera foto juntos en febrero último. Es otra oportunidad para que el líder de La Libertad Avanza exponga su doctrina que considera exportable.
En términos de empoderamiento de la figura de Milei y de capitalizar la temprana subida a la ola de la nueva derecha internacional que, a través de voces como la de Trump, da la “batalla cultural” contra “la casta”, los organismos multilaterales, el progresismo, la agenda de género y la Agenda 2030 del cambio climático, era importante para Milei confirmar un contacto el día después de la elección y postear en X al respecto.
Eso no ocurrió y choca, en principio, contra la presunción del Jefe de Estado de que junto a Trump son “los dos políticos más relevantes del planeta”. En contrapartida, mientras algunos le contaban las horas sin concretarse el llamado con el líder republicano, la militancia virtual libertaria se encargó de subrayar que Milei será el único presidente de América Latina que fue invitado a Mar-a-Lago.
El que sí pudo contar en redes sobre su conversación con Trump tras ganar las elecciones, fue otro ex outsider de la política, también considerado de la nueva derecha global que plantea una etapa superadora del neoliberalismo- el presidente de El Salvador, Nayib Bukele. Algunos titulares internacionales informaron que salvadoreño también estaría invitado a Florida.
El viaje relámpago de Milei a la Florida será el punto de partida para conocer las verdaderas chances de los objetivos políticos y económicos a partir de la relación con Trump y cuál será el alcance real de su premisa “America First” - Estados Unidos primero-.
Se descartan coincidencias políticas con matices. Un ejemplo es la postura sobre la guerra en Ucrania donde Milei se anotó contra Rusia. El republicano hizo campaña en otro sentido, priorizando la no intromisión en conflictos externos. Pero también, en el recorte en gastos en seguridad -y ahí está más cerca de la motosierra-.
Lo mismo ocurre con el bloque Brics que integran Rusia, China, India, Brasil y Sudáfrica, al que Milei descartó integrar a la Argentina cuando existía la posibilidad. Los jefes de Estado de los primeros tres fueron los que más temprano hablaron con Trump esta semana.
Por lo pronto, en la Rosada apuntan a lo económico tal cual lo demanda la situación local y esperan que la foto del próximo jueves con Trump engrandezca la fe del mercado financiero en la Argentina. Hasta ahora, accionistas y bonistas demostraron confianza pero el desafío es grande con el dólar apreciándose tras el resultado de aquellas urnas.
“Es una nueva etapa y esperamos que sea todo para bien”, dijo en Balcarce 50 un alfil de Milei luciendo corbata roja -el color republicano-. Allí se entusiasman con potenciar el buen vínculo y conseguir un lugar preferencial en su estrategia para el sur del continente. Aunque no dan nada por seguro, casi revelando que se abre también un escenario incierto.
Lo que charlen Milei y Trump en Florida será clave para los tres años restantes del gobierno libertario. Por lo pronto, si la escalada del dólar continúa como vaticinan, dañará con el correr de los meses a los emergentes, como la Argentina donde la volatilidad siempre está latente. Para suavizar el impacto subrayan que el modelo macro con cepo y superávit fiscal demostró ser un “escudo” a la mejora del dólar -a punto tal que el real brasileño se devaluó esta semana y el peso argentino no-.
Esa defensa, calculan, aguanta bien hasta que Trump tenga el “gesto” que esperaban de los demócratas y nunca llegó: La apuesta es que la nueva Casa Blanca impulse un apoyo en el Fondo Monetario Internacional (FMI), siendo Estados Unidos su principal accionista.
En Palm Beach, Milei comenzará el camino para asegurar un nuevo acuerdo para patear para adelante los vencimientos 2025 por la deuda tomada en 2018 y, a su vez, por fondos frescos -5 mil a 10 mil millones de dólares- que permitirían levantar definitivamente el cepo cambiario sin sobresaltos y, sobre todo, según remarcan cerca del Presidente, afianzar el modelo de competencia de monedas pretendido.
Preocupa qué pasará si Trump cumple, en tanto, con la promesa de subir aranceles a todos sus socios comerciales -principalmente a China- para proteger a su industria generando un encarecimiento de su microeconomía y, por ende, mayor inflación. Si eso ocurre, expertos estiman que la reacción de la Reserva Federal (FED) -el Banco Central de ese país- será como siempre, subiendo la tasa de interés de referencia.
Este escenario es un imán de los dólares dispersos por el mundo haciendo más atractivo y seguro para los fondos financieros especular con su dinero en Estados Unidos, en vez de la Argentina -tal cual ocurrió en 2018 (no había cepo) generando una corrida y devaluación-.
Para evitar un daño a los productos argentinos por el proteccionismo pregonado por Trump, en Casa de Gobierno anticipan que Milei intentará firmar un tratado de libre comercio que favorezca a ambos, algo que históricamente no fue posible y tiene como antecedente en la región el “no al ALCA” sellado en la Argentina en 2005.
Se ilusionan, también, con que la ayuda de Trump servirá para amortiguar el impacto del encarecimiento de la deuda argentina si existe una suba de la tasa de la FED. En este punto, sostener la baja del riesgo país -indicador de la capacidad de pago de un país- será fundamental.
A los deseos a largo plazo, en el entorno de Milei le suman conseguir una suba exponencial de inversiones privadas estadounidenses para que recuperen el primer puesto que tenían en épocas del gobierno de Carlos Menem.
Habrá que ver si Trump “pone la plata donde pone la boca”, como suelen decir en su país, y apuesta por la Argentina. Mientras tanto, tras abrazarse al nuevo conductor de la potencia occidental, Milei podría sumar pocos días después en la Cumbre del G20 en Brasil otra foto con su par del gigante oriental, Xi Jinping. En Casa Rosada trabajan por una bilateral tras reconocerle a China el gesto de renovar el swap en junio cuando el dólar “blue” se escapó a $1.500 “sin pedir nada a cambio” y a pesar del rechazo inicial a “negociar con comunistas”. (BAE - Florencia Golender)