En un mensaje publicado en su cuenta de X, el mandatario aseguró que los seguidores de Morales también están "disparando con armas letales y lanzando dinamitas" a efectivos de la Policía y se apoderaron del "armamento militar de esas unidades", lo que "constituye un acto criminal absolutamente condenable, que dista mucho de cualquier legítima reivindicación social del movimiento indígena originario campesino", consideró.
"La toma de una instalación militar por grupos irregulares en cualquier lugar del mundo es un delito de traición a la patria, una afrenta a la Constitución Política del Estado, a las Fuerzas Armadas y al propio pueblo boliviano".
Desde su punto de vista, las medidas de fuerza tendrían como "único objetivo" "acortar" su mandato, "imponer una candidatura inconstitucional y lograr impunidad en procesos judiciales".
En su decir, estas acciones han sido rechazadas por la población, que también se opone a los bloqueos de caminos protagonizados por los partidarios del exmandatario.
"Tal como venimos denunciando, nacional e internacionalmente, estas acciones estrangulan económicamente al pueblo boliviano, a trabajadoras y trabajadores, a naciones indígenas originarias campesinas, a productores pequeños, medianos y grandes, del campo y la ciudad, buscando la ruptura del orden público legalmente constituido y de nuestra democracia", alegó.
Finalmente, el jefe de Estado boliviano aseguró que continuará "llevando adelante acciones orientadas a reestablecer el orden público, precautelando la vida de las bolivianas y bolivianos, la paz social, así como el derecho del pueblo al libre tránsito, al trabajo, al acceso a combustible, alimentos y medicamentos".