Moscú tiene una amplia variedad de opciones para responder a la decisión de EEUU de desplegar misiles de crucero e hipersónicos Tomahawk en Alemania, indicó el veterano de las Fuerzas Armadas suecas y observador político y militar, Mikael Valtersson.
"Esta medida de EEUU y Alemania tendrá, por supuesto, una respuesta rusa", declaró Valtersson a Sputnik, agregando que cree que Rusia podría empezar estacionando "nuevos misiles de doble uso en la región de Kaliningrado y quizá también en Bielorrusia".
"Esto puede ir seguido del despliegue de misiles estratégicos rusos en los recientemente restablecidos distritos militares de Moscú y Leningrado. Con ello, Rusia reduce el tiempo de que dispone la OTAN para detectar y responder a un lanzamiento ruso de misiles de alcance medio", explicó Valtersson.
Agregó que hay otras opciones para Rusia, entre ellas desplegar nuevos misiles en el Lejano Oriente y convertir así Alaska y quizá la costa occidental de EEUU en objetivo de los misiles rusos de alcance intermedio.
Otra posibilidad sería "desplegar misiles de alcance medio al sur de Europa y cerca de EEUU", si se llegara a un acuerdo con uno o varios de sus aliados tradicionales en el norte de África o en la cuenca del Caribe.
Un paso "obvio" para Moscú sería "hacer de Alemania un objetivo mucho más importante para los misiles rusos en el futuro", cree el observador sueco. Señaló que este fue "un hecho que plantearon varios partidos alemanes" cuando se manifestaron en oposición al planeado despliegue de misiles de EEUU.
Valtersson señaló, por ejemplo, que mientras el Partido Socialdemócrata alemán, en el poder, y la Unión Cristianodemócrata, en la oposición mayoritaria, han expresado su apoyo a los planes de misiles de EEUU, la derecha populista de Alternativa para Alemania, la izquierda populista de la Alianza Sarah Wagenknecht y la izquierda más liberal de Linke han postulado su firme oposición.
Independientemente de lo que Rusia acabe haciendo, "un gran riesgo" derivado del movimiento de EEUU, y la subsiguiente respuesta rusa, surgirá de la reducción del tiempo de aproximación de los misiles de alcance intermedio colocados cerca de las fronteras del otro, lo que aumenta la tensión y los riesgos de que cualquiera de las partes tome una "decisión apresurada", advirtió Valtersson.
Durante la crisis original de los Euromisiles en la década de 1980, el despliegue de misiles balísticos y de crucero Pershing II estadounidenses en Europa Occidental provocó manifestaciones generalizadas y puso a las fuerzas estratégicas soviéticas en estado de alerta, casi desencadenando accidentalmente una guerra nuclear.
El 10 de julio, la Casa Blanca anunció formalmente sus planes de desplegar nuevos misiles SM-6, Tomahawk y armas hipersónicas, que tienen un alcance significativamente mayor que los estacionados actualmente en Europa.
El viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Riabkov, advirtió esta semana que Rusia tomaría las medidas que considerara necesarias para responder a la amenaza en su momento. Las armas de EEUU que se prevé desplegar en Alemania y las desarrolladas por Rusia en respuesta estaban prohibidas en virtud del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio de 1987, un acuerdo diseñado específicamente para reducir los riesgos de una guerra nuclear en Europa.
EEUU abandonó el acuerdo en 2019, y ha tomado una serie de medidas altamente provocadoras en los cinco años transcurridos desde entonces, de una mayor expansión de la OTAN hacia la frontera rusa, hasta la guerra por poderes contra Rusia en Ucrania.
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