"Después de la Segunda Guerra Mundial, Alemania siempre ha tenido grandes problemas en términos de déficit de soberanía y autonomía, y dentro de este déficit las autoridades alemanas, por supuesto, se están apresurando: tienen que complacer a Bruselas, a [...] Washington y también a [el secretario general de la OTAN Jens] Stoltenberg", explicó Peskov.
"Por ello, están compitiendo entre sí a diferentes niveles para hacer declaraciones", valoró, agregando que Berlín se encuentra en una posición "difícil".
Esta semana, el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, afirmó que su país debe estar preparado para la guerra en 2029. Así, el Gobierno de Alemania desveló un nuevo plan para armar y preparar a la nación para un conflicto de gran envergadura.
Según el plan, las tropas de la OTAN se desplazarían por todo el país hacia el flanco oriental, donde se estacionarían las fuerzas alemanas. En caso de conflicto grave, el servicio militar obligatorio volvería al país: los ciudadanos podrían alistarse en el Ejército en cualquier momento. El servicio de empleo podría obligar a los ciudadanos mayores de 18 años a trabajar en determinados sectores, como oficinas de correos y panaderías.