Uruguay, la economía más pequeña del Mercosur, asumirá la presidencia pro tempore del bloque en el mes de julio, con el objetivo de reimpulsar la relación comercial con China, ante el estancamiento de las negociaciones para un acuerdo con la Unión Europea.
El objetivo del Gobierno uruguayo fue ratificado por su canciller, Omar Paganini, durante un foro empresarial realizado en Montevideo a comienzos de junio. Allí, el jerarca insistió en que una de las metas de Uruguay en el próximo período es avanzar en una "modernización" de la asociación que, en lugar de proteccionismos, permita a los países "salir al mundo".
Tras destacar la importancia del acuerdo comercial firmado recientemente con Singapur y los avances con Emiratos Árabes Unidos, el canciller uruguayo remarcó: "Vamos a plantear que se revitalice el diálogo Mercosur-China".
En efecto, las negociaciones para un posible acuerdo comercial entre China y el Mercosur habían sido una propuesta recurrente de Uruguay en los últimos años, aunque la falta de interés de Argentina y Brasil dejó aquella idea por el camino.
En un diálogo con Sputnik, el analista internacional uruguayo Ignacio Bartesaghi consideró que la estrategia trazada por el Gobierno de Luis Lacalle Pou es "razonable" dado que la búsqueda de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China es un anhelo de Uruguay desde el comienzo del período, en 2020.
Si bien Montevideo había avanzado en ese camino con la realización de un estudio de factibilidad y la firma de un entendimiento entre ambos gobiernos, la posibilidad perdió fuerza luego de que el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil no respaldara las negociaciones uruguayas, dado que el Mercosur exige que los demás socios habiliten que un integrante firme acuerdos extrabloque.
Para Bartesaghi, la llegada de Javier Milei a la Presidencia argentina podría marcar una nueva época, en la que el bloque aparezca más favorable a que Uruguay avance en las negociaciones con China que redunden, más adelante, en un acuerdo con todo el bloque regional.
"Uruguay tiene un diferencial a favor y es que China sabe que el TLC con el Mercosur se logra a través de Uruguay o no se logra. Uruguay es el único país que está preparado en este momento para cerrar un TLC con China", aseveró el experto.
Para Bartesaghi, las reticencias del Brasil de Lula a abrir el comercio y las diferencias políticas con China expresadas por Milei hacen que dos grandes potencias del Mercosur estén más retrasados que Uruguay en sus posibilidades de rubricar un acuerdo con China a corto plazo. El vínculo del otro socio pleno, Paraguay, con Taiwán también hace imposible su vínculo directo con el gigante asiático.
El analista sostuvo que, si bien Uruguay no tiene la relación con China que tienen las grandes economías del Cono Sur, ha cultivado un creciente vínculo con Pekín desde 1988, cuando ambos países formalizaron sus vínculos diplomáticos. "Uruguay mantiene desde entonces una política de Estado hacia China, otorgándole la importancia que tiene en el comercio exterior, pero también progresivamente en otros aspectos, como la cooperación y las inversiones", explicó.
Bartesaghi recordó además que la parte uruguaya fue crucial para establecer, en 1997, los "diálogos Mercosur-China", una plataforma que desde entonces concentra los contactos entre autoridades del bloque sudamericano y el país asiático. En efecto, la piedra fundamental de los diálogos estuvo en una visita hecha por una delegación uruguaya, que en ese momento mantenía la presidencia pro tempore del bloque, a Pekín. Para Bartesaghi, Argentina y Brasil jamás "ponderaron" esta herramienta de la forma en que lo hizo Uruguay.
El analista internacional uruguayo consideró que Uruguay debe aprovechar el contexto actual para avanzar en un TLC bilateral con China, convenciendo a la Argentina de Milei de apoyar esa "flexibilización" y sentando las bases de un "nuevo equilibrio" del bloque que lleve a Brasil a no impedir esta posibilidad.
"Lo importante es darle a China la señal de que el Mercosur no ve mal que Uruguay avance en un TLC bilateral. Uruguay, con el estudio de factibilidad ya hecho, puede avanzar rápidamente y el TLC podría cerrarse en pocos meses para que después los demás miembros se ajusten a los tiempos que les parezca", proyectó el experto.
Para Bartesaghi, este camino puede verse como una opción paralela a las negociaciones para un acuerdo comercial con la Unión Europea. "No tiene que ser una cosa o la otra; el problema es que la opción de Europa hoy no está disponible", comentó, recordando que las elecciones europeas de este año y "el bloqueo de Macron" a la firma de un acuerdo han dejado estancadas las negociaciones.