En Italia, el país del Mediterráneo que afronta sin parar la llegada de inmigrantes por mar desde África, y que pide una política continental y no nacional, el nuevo Pacto de Migración y Asilo aprobado por el Parlamento Europeo divide.
Divide al gobierno derechista de Giorgia Meloni. Para Fratelli d’Italia, su partido, el acuerdo es un paso adelante, aunque no decisivo. En cambio, para la Liga de Matteo Salvini, la propuesta no resuelve el problema y sigue dejando sola a Italia. En el medio se encuentra Forza Italia que, con su líder Antonio Tajani, subraya que es el mejor acuerdo posible.
EN LA IZQUIERDA TAMBIÉN
Pero el pacto también divide a la oposición de izquierda. El Partido Democrático votó en contra, al contrario del grupo socialista europeo al que pertenece, explicando que no “protege los derechos humanos de los inmigrantes”. Lo mismo dicen los obispos italianos.
Por otras razones es el “no” del Movimiento 5 Estrellas: el pacto dejaría a Italia como centro de acogida del continente.
En realidad, el nuevo pacto, con repatriaciones más rápidas y los 27 Estados miembros que tendrán que ocuparse todos, aunque de diferentes maneras, de los desembarcos en el Mediterráneo, es ya un tema de polémica electoral.
Queda innegable la novedad del pacto, que no cancela el anacrónico Convenio de Dublín –el primer país de llegada de los migrantes debe ocuparse del caso– pero es un cambio en la dirección pedida por Italia. Veremos si Sicilia dejará de ser una isla italiana, para convertirse en la primera frontera de Europa.
RFI: Por:Federico Guiglia (Italia)