SÃO PAULO - Miles de brasileños que tomaron las calles en junio de 2013 inauguraron una década de convulsiones sociales y políticas, que incluyeron un impeachment, el ascenso de la derecha radical después de un ciclo de gobiernos de izquierda, el primer arresto de un ex presidente de la República después de una condena y su nueva victoria como líder del país.
Diez años después, las manifestaciones "contra todo" que sacudieron Brasil, amenazando a la clase política y sepultando en dudas un Mundial de Fútbol, son un tema inconcluso para la vida nacional y un enigma por desentrañar para historiadores y académicos.
Las cuatro semanas de agitación se conectaron con una ola global de revueltas antisistema convocadas de manera similar por las recientes redes sociales.
Escenas de depredación, violencia policial, conflictos entre los propios manifestantes, intentos de reacción del gobierno y estupefacción general marcaron el caso brasileño. Desde entonces, las calles se han convertido en el personaje de un país que aún convive con los males señalados en 2013. (Fhola)