De todos modos, la aplicación inicial de este avance de la robótica no es hacer más cómoda la vida de la gente desordenada, sino hacer más segura la vida de las personas con problemas patológicos de memoria. Estas personas podrían acceder gracias al robot a sus medicamentos habituales, las gafas, el teléfono móvil y cualquier otro objeto que necesiten pero cuya ubicación hayan olvidado.

Este logro tecnológico es obra del equipo integrado, entre otros, por Ali Ayub y Juhi Shah, de la Universidad de Waterloo en Canadá.

La motivación para que Ayub y sus colegas emprendieron el trabajo de investigación y desarrollo vino del rápido aumento en la cantidad de personas que padecen alguna de las demencias asociadas a la vejez. Los sujetos afectados ven limitadas sus funciones cerebrales y sufren confusión, pérdida de memoria y, en definitiva, discapacidad. Muchas de estas personas olvidan repetidamente la ubicación de objetos cotidianos. Esto disminuye su calidad de vida, aumenta su nivel de riesgo y  puede incluso conducirles a un desenlace mortal.

El equipo de Ayub llegó a la conclusión de que un robot de compañía y asistencia, equipado con una buena memoria artificial episódica, que vigilase todos los movimientos de los objetos de una casa, sabría dónde está cada cosa en cada momento, algo fuera del alcance de la capacidad de memorización del usuario e incluso de la de cualquier cuidador humano.

Para conformar del modo más optimizado posible este sistema de seguimiento de múltiples objetos, los científicos recurrieron a la inteligencia artificial.

Desarrollaron y probaron el diseño y sus sucesivas mejoras en un robot Fetch, equipado con brazo manipulador y con una cámara que le permite observar su entorno.

Mediante un algoritmo de detección de objetos, programaron al robot para que identificase cada objeto, hiciera un seguimiento de todos sus cambios de ubicación y mantuviera en su memoria un inventario permanentemente actualizado de todos los objetos de interés y su ubicación actual (o la última ubicación en la que el robot hubiera visto el objeto).

A continuación, los investigadores desarrollaron una interfaz gráfica para que los usuarios puedan elegir los objetos que quieran rastrear. Estas peticiones pueden hacerlas desde un ordenador, un teléfono móvil u otro dispositivo comparable. Una vez hecha la petición, el robot puede indicarle al usuario donde está el objeto o, si está capacitado para ello, ir a recogerlo y entregárselo. El sistema quizá les resulte difícil de usar a las personas con sus facultades mentales muy mermadas, pero sus cuidadores pueden sacarle partido igualmente para localizar objetos que la persona enferma ha cambiado de sitio.

Ayub y sus colegas presentaron públicamente este esperanzador sistema robótico en un congreso internacional reciente sobre interacción humano-robot, celebrado este año en Suecia, el ACM/IEEE International Conference on Human-Robot Interaction. (Fuente: NCYT de Amazings)