El ultra-derechista Agrupación Nacional, liderado por Marine Le Pen, fue el primer partido en anunciar una moción de censura contra el gobierno. Pero se les adelantó el centrista LIOT, partido que el viernes por la tarde presentó una moción de censura cofirmada por la alianza de izquierda Nupes, también opuestos a la reforma impulsada por Emmanuel Macron. Poco después, hizo lo propio Agrupación Nacional.
La tensión subió a sus máximos niveles luego de que la primera ministra Elisabeth Borne anunciara la adopción sin voto de los diputados de la impopular reforma de las pensiones, invocando el artículo 49.3 de la Constitución francesa, que permite la aprobación de un texto sin consultar a la Asamblea Nacional.
Como era de esperarse, la maniobra gubernamental provocó una tempestad en el hemiciclo. Apenas Borne pronunció el “artículo 49.3”, diputados de oposición se levantaron y entonaron "La Marsellesa", en señal de protesta.
El gobierno decidió recurrir al 49.3 y no someterse al voto de los legisladores, al constatar que no tendría la mayoría absoluta para aprobar el texto por esa vía.
Con esto, el gobierno y el ejecutivo han logrado que los partidos de oposición, de una gran parte del espectro político francés, coincidan en un solo objetivo: el retiro de la reforma de las pensiones.
De su lado, el izquierdista La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon declaró que su partido apoyará la moción de censura de LIOT.
La reforma del sistema de jubilaciones comprende una serie de cambios. El más emblemático y controvertido de todos es el retraso de la edad para la jubilación, de 62 a 64 años. Fue una promesa de campaña de Emmanuel Macron y la reforma más simbólica de su mandato, aunque la aprobación del texto recayó sobre los hombros de la primera ministra.
Los diferentes partidos de oposición tenían hasta el viernes por la tarde para presentar sus mociones de censura. La Asamblea Nacional deberá examinarlas y votarlas el próximo lunes.
En caso de aprobarse por mayoría absoluta una moción de censura, esto significaría que los partidos retiran su confianza al gobierno, por lo que los ministros deberían renunciar a sus cargos. Sin embargo, la mayoría absoluta solo se conseguiría con los votos del partido de derecha Los Republicanos, muy divididos en cuanto a aprobar o no una moción de censura. (rfi)