Pasadas las siete de la mañana, el adolescente israelí, Arie Shtsupak de 16 años, ha muerto y otros 20 resultaron heridos, entre ellos tres en estado crítico, a raíz de la fuerte explosión de un artefacto en la entrada de Jerusalén. El atentado tuvo lugar en una concurrida estación de autobús en el cruce de Givat Shaul en el principal acceso occidental de la Ciudad Santa. Según fuentes policiales consultadas por EL MUNDO, "todo indica que el artefacto explosivo escondido en una bolsa fue colocado por un terrorista que huyó".

A las 7.30, una explosión parecida cerca de otra estación de autobuses en la zona de Ramot en Jerusalén causó tres heridos.

Según un comunicado de la Policía poco después, la sospecha es que se trata de "un ataque terrorista combinado". Todo apunta, según las primeras indicaciones, que no se trata de acciones individuales de lo que se suele llamar "lobos solitarios" sino resultado de un plan de una célula organizada palestina.

"Es una mañana muy difícil para Jerusalén. Se trata de un atentado que no veíamos desde hace muchos años. El objetivo ahora es asegurarnos que no haya más explosivos en la ciudad, evitar un nuevo atentado en una estación de autobuses y encontrar a los responsables", ha afirmado el inspector jefe de la Policía, Cobi Shabtai, que pidió a los ciudadanos "máxima atención" ante objetos sospechosos.

Las bombas, que iban en bolsas con clavos para maximizar el impacto como solían hacer los suicidas palestinos durante la Segunda Intifada, fueron activadas a distancia por teléfono con un intervalo de apenas media hora lo que confirma que se trata de un atentado planeado con tiempo por una célula seguramente de Jerusalén Este ya que es más difícil introducir en Israel explosivos preparados profesionalmente para su uso desde Cisjordania.

"Aplaudimos la operación heroica que forma parte de la respuesta en curso al ataque a la mezquita de Al-Aqsa y su judaización. La ocupación (israelí) está pagando el precio hoy por sus crímenes contra nuestro pueblo", ha señalado el portavoz de Hamas, Abdel Abdel Latif Al-Qanou que elogió el ataque pero sin reivindicarlo. "El pueblo palestino sigue el camino de la resistencia", ha afirmado Hamas desde la Franja de Gaza que controla y en la que mantiene la tregua ante Israel.

"UN GOBIERNO QUE RESTAURE LA SEGURIDAD"

"La más que posible relación entre las dos explosiones indica que se trata de un ataque más organizado que los últimos en Israel. Encontraremos a los terroristas vivos o muertos", avisó el ministro de Seguridad Interna, Omer Bar-Lev, que en pocos días dejará el cargo tras las elecciones del pasado 1 de noviembre. El ex primer ministro Benjamín Netanyahu está ultimando la formación de su Gobierno que, si no hay sorpresas, será el más derechista en la historia del país. La ola de atentados palestinos y la escalada en Cisjordania de los últimos meses fueron una de las claves para que su bloque derechista y ultranacionalista obtuviera 64 de 120 escaños en la Knésset. Tras el atentado en Jerusalén, uno de sus potenciales socios de coalición, Bezalel Smotrish, le exige "la formación inmediata de un Gobierno de derecha que haga un cambio real y restaure la seguridad a los ciudadanos de Israel ante el sangriento terrorismo árabe".
El servicio secreto interno israelí (Shabak), que no logró obtener información concreta para evitar el ataque simultáneo, intenta descifrar quién es el responsable. Según datos de los organismos de seguridad, en 2022 casi 400 atentados palestinos fueron abortados incluyendo 34 con explosivos. El último ataque de consideración tuvo lugar el pasado 15 de noviembre cuando un palestino asesinó a tres israelíes antes de ser abatido en la zona cercana a Ariel en un territorio ocupado por Israel en la guerra del 67.

Mientras tanto, una milicia en Yenin anunció el secuestro del cadáver del joven israelí druso Tiran Ferro y exigió el canje por los cadáveres de milicianos muertos en varias incursiones israelíes en el campo de refugiados de Yenin. Hussam, el padre del joven de 18 años, denuncia que "fue asesinado a sangre fría" al señalar que vio cómo más de 20 encapuchados armados palestinos se lo llevaron desconectándolo de los dispositivos vitales en el hospital en Yenin al que había sido trasladado tras un grave accidente de tráfico en el norte de Cisjordania.

Israel espera que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y la ONU logren la devolución de un cadáver sin necesidad de una operación militar. Casi al mismo tiempo el martes por la noche, el palestino Ahmad Amjad Shehada, de 16 años, murió por disparos israelíes durante enfrentamientos armados en torno a la Tumba de José en Nablus.

Con el proceso de paz estancado desde 2014, israelíes y palestinos protagonizan la peor escalada en los últimos años en una tensa situación marcada por numerosos factores como la larga serie de atentados y redadas, la falta de control de las fuerzas de seguridad del veterano presidente palestino Abu Mazen en zonas del norte de Cisjordania donde aprovechando el caos las milicias son cada vez más fuertes, la campaña de Hamas, Yihad Islámica y sectores de Al Fatah alentando atentados en Israel y Cisjordania, la voluntad de Irán de financiar y fomentar ataques contra su gran enemigo teniendo en cuenta también los ataques aéreos israelíes contra sus milicias en Siria, la violencia de extremistas judíos contra palestinos y a veces soldados y activistas israelíes en Cisjordania, la incitación y fanatismo multiplicados en las redes sociales, etc. (AFP)