"Grata visita del expresidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, a quien agradecemos su apoyo al diálogo y el entendimiento emprendido con los diferentes sectores en nuestro país. ¡Bienvenido a Venezuela!". Nicolás Maduro recibió con todos los honores en el Palacio de Miraflores a su principal aliado en Europa, quien ha regresado a Caracas para participar en el foro político de uno de los precandidatos opositores a las presidenciales de 2024.

Se trata de Antonio Ecarri, un conocido disidente que intenta acercarse al chavismo de cara a los comicios.

La plana mayor del madurismo (la vicepresidenta Delcy Rodríguez; su hermano Jorge, presidente del órgano legislativo revolucionario, y Cilia Flores, mujer del "hijo de Chávez" y primera combatiente revolucionaria) agasajó a Zapatero sólo horas después del gran éxito personal obtenido por Maduro, quien logró canjear con Washington a sus dos narcosobrinos por siete rehenes estadounidenses retenidos en Venezuela.

Efraín Campo Flores (36 años) y Franqui Flores de Freitas (37), sobrinos de Flores, fueron capturados en Haití por la Agencia Antidrogas (DEA) en 2015 en una operación de película y trasladados a Nueva York gracias a una extradición exprés. Los jueces les condenaron a 18 años de cárcel por conspirar para introducir en EEUU 800 kilos de cocaína.

"Complacidos en acompañar al amigo de la paz, que sostuvo amena y fructífera reunión con nuestro presidente", pontificó Jorge Rodríguez.

"Celebro que EEUU dialogue con Maduro porque en el fondo está reconociendo el error cometido. El diálogo es ante todo un fin en sí mismo", se congratuló Zapatero, quien encabeza la estrategia de blanqueamiento de la dictadura chavista, un proceso de "normalización" que lidera desde hace años pese a los continuos informes sobre gravísimas violaciones de derechos humanos de las Naciones Unidas, cuyo penúltimo capítulo se conoció hace dos semanas con las investigaciones de la Comisión de Verificación de Hechos.

Los expertos internacionales confirmaron que Maduro y "autoridades de alto nivel" implementaron y mantuvieron una maquinaria para reprimir a la disidencia, que llevó a cabo crímenes de lesa humanidad, desde torturas y ejecuciones extrasumariales hasta violaciones sexuales, desapariciones forzosas y detenciones arbitrarias.

Zapatero ha trasladado su influencia en Caracas hasta Bogotá con la nueva administración de Gustavo Petro, que cuenta con el exlíder del PSOE para las negociaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Esta guerrilla, estrecha aliada del chavismo, tiene en Venezuela su santuario, en el que además de preparar sus acciones en la vecina Colombia patrulla con las fuerzas militares venezolanas y participa en el control social de varios zonas, además de proteger las minas de oro y coltán de dirigentes revolucionarios.

"Venezuela puede ser y debe ser un país importante para que el ELN renuncie definitivamente a la violencia y proclamemos ese continente libre de violencia política", constató Zapatero. De hecho, una delegación negociadora del ELN ha viajado en las últimas horas desde Cuba a la capital venezolana.

"Zapatero, el lobista europeo de la tiranía, sostiene en todos los escenarios que en Venezuela no se violentan los derechos humanos. ¿Se puede construir algo serio de la mano de quien ejerce esa férrea defensa de la dictadura?", criticó desde el exilio el antiguo fiscal venezolano Zair Mundaray. (EFE)