Casi dos meses después de la reactivación de los diálogos entre el gobierno de Gustavo Petro y la guerrilla del Eln, se conoció que los miembros de la Delegación de Paz de este grupo insurgente emprendieron su viaje de regreso a Colombia, para adelantar consultas con sus tropas.

La noticia se conoció a través de un comunicado y una fotografía que difundió el Eln sobre las seis de la tarde de este domingo, en la que 15 personas posan frente a un avión de Conviasa, la aerolínea adscrita al Ministerio del Poder Popular para Transporte Acuático y Aéreo, de Venezuela. La imagen fue tomada en el aeropuerto José Martí de La Habana. “En el día de hoy, con el acompañamiento de los países Garantes: la República de Cuba, el Reino de Noruega y la República Bolivariana de Venezuela, se ha procedido al retorno de la Delegación de Diálogos con seguridad y garantías”, dice el documento.

Más tarde, sobre las nueve de la noche de este domingo, la oficina del Alto Comisionado para la Paz confirmó la noticia a través de otro comunicado en el que señala que con este viaje el gobierno continúa cumpliendo con la aplicación de los protocolos acordados entre el Estado colombiano y Eln “como un paso fundamental para lograr la Paz Total”. Y aclara que esa dependencia “estuvo al tanto y acompañó el desarrollo de la operación de retorno con plenas garantías”.

Antes de agradecer a los países garantes, el alto comisionado, Danilo Rueda, también señaló que “las partes involucradas en este proceso tenemos el propósito común de lograr el restablecimiento oportuno de la mesa de diálogos con el Eln”.

¿Qué significa este viaje y qué se puede esperar de esas consultas?

Lo primero que hay que reseñar es que este tipo de consultas entre las delegaciones que participan en una mesa de diálogo son normales y necesarias. Durante la negociación con la extinta guerrilla de las Farc se realizaron varias acciones para consultar con sus bases y con algunos comandantes cada uno de los avances y tropiezos que se presentaban en la mesa.

Por un lado, varios de los mandos medios más importantes viajaron a La Habana para conocer de primera mano lo que sucedía en el día a día de la negociación. Esto sirvió, aunque no en todos los casos, para disipar dudas y convencer a quienes seguían en la confrontación de la necesidad de avanzar en los acuerdos. Además, se hicieron viajes constantes de los delegados guerrilleros a los campamentos en Colombia para hacer pedagogía sobre lo que se iba acordando para que sus integrantes tuvieran información suficiente al momento de aprobar el Acuerdo, hecho que sucedió durante la Décima Conferencia que se cumplió en los Llanos del Yarí en septiembre de 2016.

Este tipo de consultas también se realizaron durante el proceso de negociación que abrió el gobierno de Juan Manuel Santos con el Eln. De esa manera, la guerrilla pudo avanzar en la conformación de delegación de paz y, sobre todo, en el cese al fuego bilateral que se cumplió con ocasión de la visita del Papa Francisco en septiembre de 2017.

Esta visita para consultas es importante, ya que las dos partes han manifestado su voluntad de retomar los diálogos en el mismo punto que quedaron antes del rompimiento ocurrido el 17 de enero de 2019, tras el ataque del Eln a la Escuela de Cadetes General Santander que dejó 22 muertos y 64 personas heridas. Y eso significa revisar también la agenda y otros detalles de la negociación.

Antes de ese rompimiento, las partes habían avanzado en algunos aspectos metodológicos del primer punto de la agenda, llamado “Participación de la sociedad en la construcción de paz” y en la posibilidad de un segundo cese el fuego y de hostilidades de carácter bilateral. En la actual coyuntura es importante que tanto el gobierno de Petro como el Eln revisen si están de acuerdo con esos avances y, sobre todo, cómo se pueden articular con los diálogos regionales vinculantes que está adelantando la Consejería Presidencial para las Regiones para formular el Plan Nacional de Desarrollo.

Cese al fuego, negociadores y modelo de negociación

El otro punto importante es el del cese al fuego y de hostilidades que es un objetivo del gobierno Petro en el que también ha avanzado con otros armados ilegales. Aquí surgen grandes interrogantes sobre la manera de cumplir con un cese cuando hay otros grupos que están disputando el control territorial con el Eln en varios territorios. Lo cierto es que con esta guerrilla ya hay una experiencia que resultó exitosa y que contó con un modelo de verificación al que se sumaron la ONU, organizaciones sociales de base y la Iglesia Católica.

Otro de los temas a consultar es la conformación de la delegación de paz del Eln. Se sabe que no todos los miembros actuales están dispuestos a seguir con ese encargo. De tal manera que esta ronda por las diferentes estructuras guerrilleras permitirá no solo renovar la confianza en los delegados que se sentarán a la mesa sino confirmar que todos los frentes apoyarán la negociación. De parte del gobierno Petro también se necesitará el nombramiento de una comisión negociadora.

No se descarta que otro de los temas que requiera ajustes es el modelo de negociación que quieran tener las partes. Cabe recordar que antes del rompimiento, venían trabajando en dos subcomisiones que trabajan de manera paralela en los dos temas que venían discutiendo. Hay que tener en cuenta que el gobierno Petro también ha dado puntadas sobre su talante para negociar: no negociará el cumplimiento de la Constitución del 91 y tampoco hará exigencias ni ultimátums para avanzar. Eso implica una forma distinta de alcanzar los acuerdos, de refrendarlos y de esa manera darle mayor celeridad a la negociación.

Y aunque Pablo Beltrán y Antonio García, dos de sus líderes, ya han dado algunos avances en entrevistas a medios de comunicación sobre sus reparos a la política de paz total del presidente Petro, es indispensable que todas las estructuras y mandos discutan su postura frente a esos lineamientos del nuevo gobierno.

Después vendrán los detalles logísticos -que no son menores-, tales como definición del papel de los países que acompañar este proceso en calidad de facilitadores y garantes y la definición de la fecha y el lugar de la instalación de la mesa y los lugares donde se adelantarán las negociaciones.

Cabe recordar que en el proceso con el gobierno Santos se había acordado que la sede de los diálogos se rotaría entre los países garantes. Por eso las reuniones preliminares se cumplieron en Venezuela, la mesa se instaló en Ecuador y la siguiente fase se cumplió en La Habana.

Brasil también estaría en la mira del Eln como un país que participaría en los diálogos, aunque aún no se sabe bajo qué figura.

Quedan varios aspectos por definir antes de esa instalación formal de la mesa de negociación, ya que una vez el Eln designe a sus negociadores, el Estado colombiano tendrá que surtir los trámites legales que permitan el levantamiento de las órdenes de captura -hasta ahora ese trámite solo se ha hecho con los antiguos negociadores-, la suspensión de los pedidos de extradición y de las circulares rojas de Interpol, como sucedió en esta ocasión para permitir el retorno de la delegación al país.

Mientras eso ocurre, la llamada bancada por paz del Congreso de la República, con el apoyo del expresidente Ernesto Samper, adelantarán este 7 de octubre la Cumbre Nacional Humanitaria, para discutir con organizaciones sociales de los territorios fórmulas para avanzar en la verificación del cese multilateral de fuego y hostilidades. Con todo esto, se espera que antes de que finalice el año se haya arrancado en firme la negociación con el Eln. (El Espectador)