Su sistema utiliza ondas de ultrasonido transmitidas por el aire para crear sensaciones táctiles en los labios y en otras partes de la boca. El dispositivo emisor es lo bastante pequeño y ligero como para acoplarse a la parte inferior de unas gafas de realidad virtual.
Esta innovación es obra de un equipo integrado, entre otros, por Vivian Shen y Craig Shultz, de la Universidad Carnegie Mellon en Estados Unidos.
Imaginemos un mundo de realidad virtual en el que hay una fuente de agua. Con el nuevo sistema ultrasónico, si acercamos la cara al chorro de agua para beber, la sentiremos deslizándose por nuestros labios.
Obviamente, un efecto como este hace que la experiencia de realidad virtual resulte mucho más inmersiva y realista.
El equipo de Shen y Shultz también ha utilizado el sistema para generar otras ilusiones táctiles, incluyendo gotas de lluvia, salpicaduras de barro y el hormigueo de bichos que se arrastran sobre la piel.
Pese a la gran sensibilidad táctil que tiene la boca, ha sido siempre muy difícil encontrar un medio de reproducir efectos hápticos en ella. Los usuarios de realidad virtual son reacios a colocarse dispositivos en la boca. Y con razón, ya que los aparatos de esta clase son grandes y poco manejables. Otras soluciones alternativas sí son cómodas pero resultan demasiado caras.
Mucha gente está familiarizada con el uso de ultrasonidos en diagnosis médica. Estos dispositivos exploran el cuerpo humano al proyectar en él sus haces ultrasónicos, pero no generan vibraciones ni estimulan de otra manera la piel. Sin embargo, es posible generar sensaciones táctiles concentrando del modo idóneo en zonas pequeñas estas ondas acústicas, que tienen frecuencias por encima del tono más agudo posible que puede percibir el oído humano. (Fuente: NCYT de Amazings)