Dicho esto voy “a poner en valor” (como le gusta decir a los kirchneristas) las verdades que no son absolutas, sino a medias, de uno y otro sector, defensa y querella, en este caso donde si uno mira con detenimiento y objetividad: a los medios locales prácticamente no les importa la desaparición de Marcela López, pero algunos de ellos están empeñados en obstruir y menospreciar las acciones de la querella, con el único fin de destruir las acusaciones contra el poder, que vinculan esta desaparición con asuntos oscuros de la política y la delincuencia asociada y empantanar la causa, que de seguir por este camino jamás se va a resolver porque falta lo principal en estos casos: voluntad y justicia.
El modelo de apañamiento, complicidad, ocultamiento y maltrato a la víctima y sus familiares, es exactamente la misma que el gobierno nacional de Cristina Fernández con Sergio Berni a la cabeza de la seguridad nacional, llevó a cabo cuando el Fiscal Alberto Nisman fue asesinado: empobrecimiento de las pruebas, defectos insalvables en la investigación, destrucción de pruebas y un ataque feroz y permanente al sujeto y la querella, denigrándola en todos sus aspectos, incluyendo la vida privada.
La diferencia es que a Marcela López no pueden acusarla de nada como hizo Aníbal Fernández con el fiscal o con la madre de Nisman a quien llegó a pedir que la metieran presa por cómplice. Acá nadie puede alegar que Marcela López tenga la culpa de su desaparición, pero cuando uno lee los centímetros de notas que le dedican desde medios oficialistas al tema, se da cuenta que lo que menos les importa es que esta vecina de Río Gallegos siga desaparecida y tampoco quieren saber por qué desapareció.
Atacar a la querella
Desde que se dio a conocer el hallazgo de los dólares termosellados en la propiedad de José Luis Balado, todo cambió. Comenzaron a transcender detalles que hasta ese momento no se conocían sobre la investigación fallida de la jueza López Lestón, se inició una embestida de abogados que muchos dicen difícilmente pueda pagar la ex pareja de Marcela y comenzó un sistemático ataque a través de la prensa oficialista, a todos y cada uno de los actores de la querella, tal como lo resumimos:
La única que (hasta ahora) se salvó de este tipo de acusaciones y/o operaciones de prensa, ha sido Rocío, la hija de Marcela; sin embargo, en algunas notas se la ha colocado en el lugar de “una persona a la que hay que entender por el dolor que está pasando”, solo con el fin de señalar que las hipótesis que se le ocurre sobre la desaparición de su madre, las elabora y dice por el dolor y la desesperación de no tener una respuesta a la búsqueda. En realidad la queja de Rocío va mucho más allá y alude a la falta de interés por investigar de la justicia, el seguimiento de una sola línea de investigación que es el posible suicidio; las objeciones a las acciones de la jueza, la queja porque plantaron pruebas en el muelle de la ría y la recriminación a la justicia por no buscar a su madre, agotando los recursos.
Con estas acciones emprendidas desde el gobierno, la justicia y los medios comprados, se afianza más aún la teoría que existe una voluntad evidente de no permitir que la investigación siga la línea política y por ese motivo pretenden circunscribir todo a un hecho local, especialmente negando la verdad sobre el hallazgo de los dólares termosellados y su evacuación del lugar en medio de la noche y la restricción para circular que existía en ese momento.
El manto de encubrimiento con el que pretenden tapar los hechos, es inversamente proporcional al crecimiento de la sospecha de que detrás de la investigación de Marcela López, está comprometido una parte del poder político y que el crimen nunca se revelará porque, precisamente, la impunidad viene de la mano de ese poder desde donde no quieren reconocer que la desaparición de la mujer, pudo están íntimamente relacionada con lo que vio, supo o descubrió.
Mientras todo esto ocurre, Marcela López sigue desaparecida. De eso, nadie habla. (Agencia OPI Santa Cruz)