El estudio se ha centrado en el Ámbito Metropolitano de Buenos Aires en Argentina, pero sus resultados son extrapolables en gran medida a muchas otras partes del mundo.

El pueblo polinesio fue el primero en tatuarse el cuerpo intentando asustar a sus enemigos en el campo de batalla, mientras que la clase alta japonesa usaba los tatuajes para decorar su cuerpo con obras de arte.

Los tatuajes están plenamente vigentes en la sociedad. Con el propósito de encontrar las principales características de los usuarios de tatuajes en el Ámbito Metropolitano de Buenos Aires, Luisina Aldaz, investigadora del Instituto de Ciencias Sociales y Disciplinas Proyectuales de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), dirigió una encuesta con una muestra no probabilística de 745 personas entre usuarios y no usuarios de tatuajes.

Se preguntó a los encuestados su grado de acuerdo o desacuerdo sobre la idea de que los tatuajes son una moda pasajera. La mayoría de los participantes tatuados y los que no lo están afirmaron estar en desacuerdo con ello (85,1% y 70,3%, respectivamente).

Del total de la muestra de personas tatuadas, un 58% afirmó haber realizado su primer tatuaje en honor a alguna persona cercana. Solo un 23% se tatuó para llevar consigo cierto diseño estético. Estos dos motivos representan el significado de casi el 52% de todos los tatuajes de los encuestados.

Al indagar sobre el lapso entre el surgimiento de la idea de tatuarse y el momento en el que los individuos efectivamente se tatuaron, un 25% de la muestra respondió haber esperado más de seis meses. Sin embargo, un 56% decidió realizarse tatuajes en un tiempo inferior a los dos meses de haberlo pensado por primera vez, destacando un 10% que eligió hacerlo sin premeditación alguna.

Una vez tomada la decisión de tatuarse, casi el 66% afirmó seguir la recomendación de un amigo o persona cercana a la hora de elegir al artista que realizaría el trabajo. En segundo lugar, mucho más alejado, con casi un 11% se encuentran aquellas personas que se decidieron por el tatuador al ver sus trabajos en internet. Las redes sociales también son influyentes a la hora de elegir el formato del tatuaje, ya que el 31% encontró el diseño en redes. Otro 30% optó por dejar que el artesano diseñe el tatuaje a partir de una idea que se le propuso, y un 29% lo diseñó personalmente.

Un 63% de la muestra sostuvo poseer entre uno y tres tatuajes, mientras que solo un 8% posee ocho o más. Si bien existen multiplicidad de sitios y combinaciones, al escoger la localización los brazos parecen ser los preferidos con un 24%. Además, casi el 99% de los usuarios de tatuajes realizaron su tatuaje en una única sesión. El 56% de estos fue en sesiones menores a treinta minutos. En cuanto a la mirada sobre modificar tatuajes, un 45% de la muestra indicó una opinión muy negativa hacia los procesos de eliminación.

Los resultados de la investigación demuestran la vigencia de la práctica de tatuarse el cuerpo. Esta práctica, de antiguos orígenes históricos y diversos usos sociales, se vincula actualmente a una definición identitaria que afianza la pertenencia a un grupo como también resalta la propia individualidad, asignando las razones de tatuarse fundamentalmente a dos principales motivos: la memoria de alguna persona de gran relevancia en la historia personal o simplemente persiguiendo un fin estético de diferenciación. Si bien la continuidad o discontinuidad de este tipo de prácticas es muy difícil de predecir, sin dudas el tatuaje va más allá de una moda pasajera.  (Fuente: Leandro Ezequiel Ungaro / Argentina Investiga)