La revolución cubana fue un movimiento armado y popular contra el régimen de Fulgencio Batista. Encabezada por Fidel Castro, acompañado del liderazgo militar de Camilo Cienfuegos y Ernesto "Che" Guevara, esta movilización triunfó el 1 de enero de 1959.

Desde entonces, Cuba se convirtió en un enclave político incómodo para Estados Unidos por impulsar una política contraria a la influencia estadounidense en la región latinoamericana.

Washington, entonces, impulsó una política de asedio contra la isla, paralela a operaciones violatorias de la soberanía de países latinoamericanos como las implicadas en el Plan Cóndor.

"El bloqueo económico, comercial y financiero es un acto de guerra en tiempos de paz impuesto unilateralmente por Estados Unidos contra Cuba", indica la doctora Magda Luisa Arias Rivera, primera secretaria de la embajada cubana en Argentina, en un artículo de julio de 2021 para el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso).

Esta medida económica de asedio contra la revolución cubana ha seguido procesos de endurecimiento durante más de 60 años, recuerda la diplómática, pues comenzó con la cancelación de la cuota azucarera cubana en el mercado estadounidense en 1959 y se hizo oficial el 7 de febrero de 1962.

Fue el presidente John F. Kennedy quien prohibió totalmente la importación de mercancías cubanas a Estados Unidos para ejercer presión sobre la administración de Castro en la isla.

Además, en 1992, a través de la llamada ley Torricelli, el asedio comercial contra Cuba se hizo extraterritorial, pues Estados Unidos fijó sanciones a terceras naciones donde radicaran subsidiarias de empresas estadounidenses y a barcos en intenciones de establecer lazos comerciales con la isla caribeña.

"Durante el gobierno de Donald Trump se adoptaron, adicionalmente, otras 243 medidas contra Cuba. Entre ellas, la eliminación de los viajes de los cruceros y de vuelos de aerolíneas estadounidenses a toda la isla, exceptuando a La Habana", detalla la diplomática cubana en Argentina.

Además, Cuba fue incluida en una lista de Estados que patrocinan el terrorismo internacional, según criterios establecidos por Washington.

Estas medidas, apunta Arias Rivera, obligan a Cuba a recurrir a intermediarios para poder ingresar ciertos productos a la isla, además de aumentar costos por seguro y flete y encarar aumento de comisiones que aplican entidades bancarias y financieras.

"Se produce una elevación sustancial y antinatural de los gastos que deben asumir las empresas cubanas", añade la diplomática.

El bloqueo tiene como objetivo, considera la funcionaria, aislar, asfixiar e inmovilizar a Cuba, además de generar malestar en la población para debilitar la soberanía de la isla y golpear su modelo socialista.

"Un memorándum secreto del 6 de abril de 1960 del subsecretario asistente para Asuntos Interamericanos, Lester D. Mallory, fija como estrategia de lucha contra la revolución cubana privar al país de recursos materiales y financieros para generar malestar y lograr la rendición por hambre, sufrimiento y desesperación. Desde entonces, Estados Unidos sigue la misma estrategia", expresa Arias Rivera.

De acuerdo con el texto publicado en Clacso, entre 2009 y 2016, durante la presidencia de Barack Obama, se impusieron 52 multas por desacato de las sanciones contra Cuba y otros países, con un monto mayor a los 14.404 millones de dólares.

Es en ese contexto que, durante la celebración de las fiestas patrias mexicanas y con la presencia del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, López Obrador solicitó al gobierno de Joe Biden terminar con el asedio económico contra la isla.

"Entre todos los hermanos que nos dio Nuestra América, México cuenta, por muchas razones, como uno de los más entrañables para Cuba", expresó Díaz-Canel en su visita protocolaria.

Además, el discurso de López Obrador se da a dos días de que se celebre la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), con la que se pretende impulsar la sustitución de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y mermar la influencia política de Washington en Latinoamérica.