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¿Hablamos de una nueva guerra fría? Ese es el temor. Ahora la tensión vuelve a ser preocupante y las amenazas militares, aún mayores, si cabe. Escucha el nuevo episodio de Desafíos Globales con José Levy.
Esta semana trataremos sobre las capacidades armamentistas de Rusia, que algunos analistas llegan a calificar de apocalípticas. Aunque se piense que el objetivo sea solo disuasivo y no tanto bélico, que ingenios destructivos así existan y puedan llegar a ser utilizados en realidades extremas, es muy inquietante.
Sí, en el pasado recuerdo una serie de televisión que era «Historias para no dormir», con relatos de películas espeluznantes, de horror. Esta sería una versión mucho más actualizada, que desgraciadamente es real y que también puede quitar el sueño.
Me explico.
Rusia está desarrollando, por ejemplo, un torpedo furtivo llamado «Poseidón», que se desplaza con la ayuda, escuchen, de un reactor nuclear, ni más ni menos, algo que despierta también temores de que genere desastres ecológicos, incluso sin la necesidad de ninguna guerra.
De, aparentemente, unos veinte metros de largo, este Poseidón está diseñado para esquivar las posibles defensas costeras que pueda tener Estados Unidos en el mar. Con varios megatones de potencia atómica, su ojiva es aterradora pues cuenta con la capacidad de generar olas gigantescas en una especie de tsunami radiactivo. ¿Se imaginan? Un tsunami que hunda las costas con ondas contaminadas, costas que se quedarían inhabitables durante décadas. Maquiavelo no lo podría haber planeado mejor. (CNN)