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Con la segunda ola de contagios de coronavirus representada como un hecho y ya no solo como una posibilidad, existiría un apoyo mayoritario hacia la necesidad de tomar medidas de restricción de la circulación y los encuentros sociales: casi un 60% de la población dijo estar dispuesta a cumplir una etapa de confinamiento más estricto por el aumento de casos de Covid-19.
La cifra surge de dos sondeos diferentes, uno realizado por la consultora Management & Fit (M&F) entre el 26 y el 31 de marzo por vía telefónica, sobre un universo de 2200 casos a nivel nacional, y otro formulado por Opinaia, de manera online, entre el 10 y el 21 de marzo, sobre 1800 casos. El aval a que se endurezcan las restricciones fue sondeado antes del anuncio presidencial de ayer.
En la encuesta de M&F el 39,3% de los consultados dijo estar “muy dispuesto” a retornar a un confinamiento estricto, seguido por el 19,9% que se mostró “algo dispuesto”. Del otro lado, el 14,1% manifestó estar “poco dispuesto” a volver al confinamiento, mientras que el 22% rechazó de plano hacerlo.
¿Quiénes se mostraron mayoritariamente “muy dispuestos” a regresar al confinamiento estricto? Principalmente los “mayores de 40 años” (42,8%) y las personas de nivel educativo bajo (49%). Entre quienes negaron con intensidad la posibilidad, superaron el rechazo promedio (22%) los varones (28%), menores de 40 (27%) y los niveles educativos alto (27,8%) y medio (25,4%).
Al preguntar “qué medidas debería tomar el Gobierno” ante una segunda ola, los encuestados por Opinaia respondieron: volver a una cuarentena estricta, como al principio (29%); aplicar un toque de queda, limitando actividades y la circulación por la noche (26%); solo limitar las actividades nocturnas, permitiendo la circulación (21%); y nada en particular, seguir con el distanciamiento (23%).
Pese al aval a las medidas que restrinjan la circulación, en el informe elaborado por M&F un gran porcentaje de los encuestados (55,9%) manifestó mayor preocupación por las consecuencias económicas que por infectarse con el coronavirus. De todos modos, en ambos estudios figura la corrupción al tope de los “principales problemas del país”, seguida por la inflación, la inseguridad y la pobreza.
Creció también la desaprobación de la gestión de Alberto Fernández, con su tope desde que asumió como Presidente: alcanzó el 55%, y la aprobación cayó al 35,1%, mientras que su cifra más alta había sido 57%, hace casi un año.
La encuesta también indagó sobre la confianza de la población en el plan de vacunación desplegado por el Gobierno. Entre febrero y marzo disminuyó levemente la desconfianza respecto del plan de vacunación, pero la cifra se mantiene alta: un 58,9% manifestó tener “poca” y “casi nada” de confianza.
En febrero, cuando se expresó la mayor desconfianza respecto del plan de vacunación, estalló el escándalo del vacunatorio vip, con la confesión del periodista Horacio Verbitsky en un programa de radio.
La posible suspensión de las PASO divide a los encuestados casi simétricamente: un 38,5% manifestó estar “muy de acuerdo” o “de acuerdo” con la iniciativa promovida por el oficialismo, y un 38,2% expresó estar “muy en desacuerdo” o “en desacuerdo” ante la recolección de datos de M&F.
Sobre la campaña de vacunación y sus eventuales resultados, el sondeo de Opinaia muestra un mayor optimismo: un 44% considera que con la vacuna “se podrá frenar la segunda ola o mitigar el rebrote”, mientras que un 39% que opina lo contrario. (LA NACION)