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¿Sentimos lo mismo cuando es un androide quien nos mira a los ojos? En una investigación se ha explorado esta cuestión mediante experimentos con sujetos humanos y la presencia de un robot con cara humanoide.
El equipo internacional de Sarah Gillet y Ronald Cumbal, ambos del Real Instituto de Tecnología en Suecia, llevó a cabo experimentos en los cuales pares de sujetos de estudio, uno que dominaba el idioma sueco y otro que estaba aprendiéndolo, jugaban a un juego de palabras suecas. El juego lo dirigía un robot humanoide que ejercía, por así decirlo, de maestro de ceremonias. En realidad, el robot era virtual. Su rostro era una proyección animada sobre una máscara de plástico especialmente diseñada para esta función.
Aunque lo natural sería que el participante con buen conocimiento del idioma sueco interviniera muchas más veces que el sujeto que todavía estaba aprendiendo el idioma, lo cierto es que el robot fue capaz de provocar la participación del jugador con menor fluidez en el idioma dirigiendo su mirada de forma natural hacia él y esperando silenciosamente a que se arriesgara a intentarlo.
"La mirada del robot puede modificar la dinámica del grupo, es decir, los papeles que adoptan las personas en una situación", subraya Cumbal. "Nuestro trabajo se basa en eso y muestra además que, incluso cuando hay un desequilibrio en las habilidades requeridas para la actividad, la mirada de un robot puede seguir influyendo en cómo contribuyen los participantes".
Los autores del estudio tienen ahora claro que los robots podrían desempeñar un papel productivo en el ámbito educativo. (Fuente: NCYT de Amazings)