El alcalde de Weimar, Peter Kleine, consideró la posibilidad de adquirir la Sputnik V para vacunar a los habitantes de su ciudad. Sin embargo, la vacuna rusa todavía no está aprobada por la UE. Sin embargo, Sputnik V cuenta con un gran apoyo entre los altos funcionarios de Alemania. "Todos están unidos por el impulso de controlar la escasez de vacunas lo antes posible y de suministrar al país la mayor cantidad posible de vacunas", escribe el diario. Los intereses rusos, según el medio, son de diversa índole: desde económicos hasta políticos, aunque en última instancia. "Sputnik V es cien por ciento hija del Estado ruso. (…) Un éxito de la vacuna Sputnik V en Occidente sería un éxito para Rusia y, por lo tanto, para el presidente Vladímir Putin". Por un lado, Alemania es un mercado grande e importante, observa el medio. Si Sputnik V se usa con éxito allí, surgirá una reacción en cadena. Por otro lado, Alemania es un lugar ideal para producir y exportar la vacuna. Y la Sputnik V fabricada en Alemania tendría una mayor reputación, opinan los autores. Por esta razón, los rusos también están tratando no solo de vender la vacuna en este país, sino también de producirla. Según la publicación, la producción y venta de la vacuna rusa en la región también pueden reducir el deseo de mantener las sanciones de Occidente contra Rusia. El alcalde de Weimar informa que, según su impresión, la aceptación de la Sputnik V en la ciudad, es muy alta. Según él, en la calle ha escuchado a menudo el comentario de que "los rusos entienden de vacunas". En 1960, los niños de la Alemania Oriental fueron vacunados con éxito contra la poliomielitis con una vacuna desarrollada en la Unión Soviética. "La vacunación era obligatoria y, con la ayuda fraternal de la Unión Soviética, el Estado logró controlar la epidemia de polio más rápido que su vecino, la Alemania Occidental", concluyen los periodistas.