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Institucionalmente, Macron no requiere el voto de los parlamentarios.;El paso del primer ministro Castex por la Asamblea Nacional, para detallar las medidas anuncias por el mandatario, es meramente formal.
Pero el hecho de que la izquierda haya boicoteado la votación y que gran parte de la derecha no haya participado en ella, así como la violencia de las críticas de los parlamentarios, no contribuye a legitimar sus decisiones en un momento delicado para el país.
Tras un año de pandemia, los franceses comienzan un tercer confinamiento con escuelas cerradas, vacaciones perturbadas, hospitales al borde de la saturación y cifras inquietantes: en las últimas 24 horas se registraron más de 50.000 nuevas infecciones y tres centenares de fallecimientos, lo que suma 96.000 muertos por la Covid.
"Mientras en Alemania Merkel pasa 7 horas con los presidentes de regiones tratando de encontrar un consenso sobre las medidas sanitarias, el parlamento francés se limita a tomar nota de las decisiones de Macron", dice la parlamentaria socialista Valérie Rabault.
"Nos invitan para aclamar sus decisiones", protesta Melenchon, líder de la izquierda radical mientras que el comunista André Chassaigne habla de “un desprecio absoluto del monarca por el Parlamento y el pueblo".
La derecha no participó en el voto criticando "los fracasos sucesivos" del gobierno en lucha contra la epidemia.
"Este tercer confinamiento es un símbolo de la arrogancia ciega del mandatario", afirma Damien Abad, un parlamentario de derecha que también subrayó el aislamiento del mandatario en la toma de decisiones.
Macron se ha independizado también de una buena parte de la comunidad científica y en particular del Comité Científico que lo había vendido asesorando.
En contra no solo de este comité sino de sus ministros, el mandatario decidió no confinar al pais el 29 de enero, una decisión personal que muchos le reprochan en este momento, si bien en su momento fue saludada también por muchos.
El primer ministro Castex respondió que las oposiciones han cambiado por completo de discurso, pidiendo flexibilidad durante semanas, en particular con la apertura de comercios, y criticando ahora al gobierno por la dureza de las nuevas restricciones.
Francia: el Senado se pronuncia contra la celebración de reuniones que excluyan a blancos
Senadores franceses aprobaron este jueves una "enmienda de la UNEF" que permite la disolución de las asociaciones que celebren reuniones de carácter racial. Este debate surgió después de que la presidenta del sindicato estudiantil UNEF reconociera la existencia de encuentros "no mixtos", es decir sin blancos, por ser reservados a las víctimas de racismo.
En marzo, las declaraciones de Mélanie Luce, la presidenta del principal sindicato de estudiantes, la UNEF (Unión Nacional de Estudiantes de Francia), sobre la existencia de reuniones “no mixtas” destinadas a las personas de color víctimas de racismo, desataron una intensa polémica en la clase política francesa.
Mélanie Luce había explicado el 17 de marzo en la radio Europe 1: "Hay reuniones no mixtas sobre las discriminaciones, ya sea en relación con las mujeres, el colectivo LGBT o el racismo. Se trata de grupos de discusión internos de la organización. (...) No son reuniones públicas. Cualquier persona que se sienta concernida puede venir, nunca hemos rechazado a nadie".
Como consecuencia, los senadores adoptaron por unanimidad, este jueves 1 de abril por la noche, una "enmienda de la UNEF", que permite que el Gobierno disuelva una asociación mediante un decreto adoptado en el Consejo de Ministros, por prohibir "a una persona o grupo de personas por su color, origen o pertenencia o no pertenencia a una determinada etnia, nación, raza o religión, participar en una reunión".
Marlène Schiappa, la ministra delegada de Ciudadanía, expresó su "oposición personal y la del Gobierno a este tipo de reuniones", pero aseguró que lo más probable es que la enmienda sea inconstitucional, ya que permite vulnerar la libertad de asociación por motivos distintos a los estrictamente relacionados con la preservación del orden público.
La enmienda inicial era más amplia, ya que permitía la disolución de las asociaciones que organizaran "reuniones sindicales o públicas contrarias a los principios republicanos". La versión final fue aprobada durante el debate en primera lectura del proyecto de ley para reforzar el respeto a los principios de la República, más conocido como "proyecto de ley contra el separatismo".
La enmienda recibió inmediatamente el apoyo de la derecha del Senado, mientras que la izquierda se mostró más cautelosa y esperó a que el texto de la enmienda cambiara para votar a su favor. (RFI)