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Con plazo hasta el 15 de marzo, la Comisión Nacional de Valores ( CNV) puso en consulta pública tres guías con lineamientos para los bonos sociales, verdes y sustentables (SVS). "El principal beneficio es obtener rendimientos comparables con una inversión tradicional con la adición de contribuir a generar impactos ambientales y sociales positivos", aseguró Matías Isasa, director del organismo regulador del mercado de capitales.
Los bonos SVS tienen un crecimiento en torno de las opciones verdes con empresas que se ajustan al Acuerdo de París y financian proyectos con energías sustentables con nulo o bajo impacto en las emisiones de carbono, pero también tuvieron un gran impacto en el 2020 con las inversiones en torno del coronavirus (Covid-19) y el financiamiento de vacunas o proyectos que ayudan a combatir la pandemia.
En Argentina, este tipo de inversión tiene buenos réditos económicos pero también tienen el potencial de impulsar beneficios sociales y ambientales. "El foco, hoy por hoy, no está puesto exclusivamente en lo económico, en las finanzas sostenibles hay un enfoque tridimensional: económico, social y ambiental", destacó el director del organismo regulador.
— ¿Qué potencial tiene Argentina en torno de opciones sustentables?
— Mucho. Las empresas que se dedican al sector de energías renovables encuentran atractivo el financiamiento a través de bonos verdes, porque están acostumbradas a medir impactos y, por lo tanto, divulgar estos datos en el prospecto y en informes posteriores no representa un trabajo adicional. De esta manera obtienen beneficios reputacionales y, en algunos casos, puede experimentarse una mejora en las condiciones financieras de los instrumentos y la llegada a una mayor y más variada cantidad de inversores.
— ¿Qué actividad del país puede ver un mayor impacto de los bonos SVS?
— La financiación de la agricultura sostenible puede ser el futuro de los bonos verdes en Argentina. De acuerdo con Climate Bond Initiative (CBI), la agricultura representa el 12% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial y también ha producido otros impactos ambientales perjudiciales, desde la pérdida de biodiversidad y la deforestación. Asimismo, la agricultura no se encuentra ajena a las consecuencias del cambio climático que pueden afectar la producción y generar pérdidas económicas millonarias para países exportadores como Argentina.
Podrían darse casos de instituciones financieras que emitan bonos verdes para agregar créditos para proyectos agrícolas o bien pymes que se dediquen a la agricultura podrían emitir bonos verdes para financiar proyectos que le permitan hacer un uso eficiente y sostenible de la tierra.
— ¿Existe la posibilidad de que se creen opciones de inversión SVS relacionadas con el Covid como ocurrió en otros países?
— Los bonos sociales financian proyectos que apuntan directamente a abordar o mitigar un problema social específico y/o buscan lograr resultados sociales positivos. Dado que la pandemia está causando trastornos económicos y sociales de gran alcance, el mercado de bonos sociales es una vía a través de la cual el sector público y el privado podrían acceder al capital crítico necesario para satisfacer las necesidades de atención médica, restaurar la estabilidad económica y preservar los empleos.
Complementariamente para el caso del sector público, la CNV aprobó en abril de 2020 una regulación que crea los fideicomisos financieros solidarios, pensados para el sector público a todos sus niveles y para empresas estatales que puedan financiar gastos con impacto social. Ya tenemos tres fiduciarios a los que hemos autorizados sus programas de emisión de fideicomisos solidarios que esperamos que inicien la colocación.
— ¿Qué condiciones debe cumplir un bono para que las calificadoras lo aprueben con estas características?
— Las bases están en los cuatro principios de bonos verdes creados por la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA): que el uso de los fondos sea utilizado para proyectos con impacto social y ambiental, que exista una adecuada administración, que sean fácilmente trazables (es decir, que el emisor pueda demostrar que los fondos fueron destinados a los proyectos propuestos) y que la compañía cuente con la capacidad de realizar los reportes anuales que informan sobre los avances de los proyectos y el impacto social.
— ¿Cómo es la actualidad de los bonos SVS en el país?
— Ya hemos aprobado la emisión de varios bonos verdes y estamos analizando otros. Nos estamos involucrando de lleno en algunos proyectos chicos, pero que pueden tener un fuerte impacto comunicacional y que entendemos serán muy útiles para financiar proyectos de fuerte impacto social, pero además para promocionar este campo de las finanzas, que es todavía bastante novedoso.
— ¿Qué plazos de desarrollo para el mercado de bonos verdes y sociales tienen previstos?
— La posibilidad de emitir instrumentos financieros SVS está hoy operativa y ya es una realidad. Existen varios bonos verdes emitidos y listados en paneles específicos en BYMA. Esperamos que prontamente podamos empezar a ver bonos con impacto social, calificados como tales. Sin duda, este año deparará novedades al respecto.
Pensamos que una vez que se creen vehículos de inversión colectiva (fondos comunes de inversión y fideicomisos financieros) bajo nuestra norma actualmente en consulta pública, se generará necesariamente la demanda de más productos y eso impactará en los emisores, generando los incentivos para salir a emitir más bonos SVS y certificarlos como tales.
— ¿El inversor tiene beneficios particulares al adquirir estos bonos?
— El principal beneficio es obtener rendimientos comparables con una inversión tradicional, con la adición de contribuir a generar impactos ambientales y sociales positivos. Asimismo, hay inversores locales cuya casa matriz establece mandatos de inversiones sostenibles y necesitan productos financieros sostenibles para cumplir con sus mandatos. Pero el foco, hoy por hoy, no está puesto exclusivamente en lo económico, en las finanzas sostenibles hay un enfoque tridimensional: económico, social y ambiental.
A nivel mundial existe capital dispuesto a invertir responsablemente. En este sentido, los principios de inversión responsable cuentan hoy con más de 3.000 miembros que representan USD100 trillones.
Tres guías en consulta pública
Para consolidar la propuesta, hay tres guías disponibles:
• Emisión
Complementa la información de los Lineamientos para la emisión de valores negociables sociales, verdes y sustentables. En un lenguaje sencillo y claro, que permita conocer cuáles son los proyectos que pueden financiarse con un bono SVS, cuales son los estándares internacionales y locales que se aplican.
• Evaluadores externos
Recopilan las mejores prácticas para revisores externos y para la confección de evaluaciones externas de bonos SVS.
• Inversión responsable en el mercado de capitales argentino
Da a conocer los alcances, objetivos y ventajas de la inversión socialmente responsable, promoviendo la integración de factores ambientales, sociales y de gobernanza en la toma de decisiones financieras. (BAE)