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Son ya 1.900 millones de personas adultas las que tienen sobrepeso, de las cuales 650 millones son obesas. Con la incidencia de la diabetes de tipo 2 y la obesidad en alza en el mundo, es fundamental encontrar formas de combatir estos problemas de salud.
Averiguar cómo las preferencias de las personas en cuanto al horario para dormir pueden relacionarse con su nivel de actividad física, podría ayudar a la gente con diabetes de tipo 2 a controlar mejor su salud.
Ese es el objetivo que se propuso alcanzar el equipo de Alex Rowlands, de la Universidad del Sur de Australia, y Joseph Henson, de la Universidad de Leicester en el Reino Unido.
Los autores del estudio examinaron a 635 pacientes con diabetes tipo 2, cada uno de los cuales llevó un acelerómetro durante 7 días para registrar la intensidad y el horario de los diferentes comportamientos físicos generales: dormir, estar despierto pero sin actividad física significativa, o estar despierto y con actividad física relevante.
El equipo de Rowlands y Henson encontró que el 25% de los participantes tenían cronotipos matutinos (una preferencia por acostarse temprano y levantarse temprano, con una hora promedio de acostarse a las 22:52); el 23% tenía cronotipos vespertinos (una preferencia por acostarse tarde y levantarse tarde, con una hora promedio de acostarse a las 00:36); y el 52% dijo que no tenía preferencia hacia ninguno de los dos.
Al analizar estos y otros datos, se identificó una conexión entre la hora de acostarse y el estilo de vida. Encontraron que las personas noctámbulas (personas que se acuestan tarde y se levantan tarde, o que tienen un cronotipo nocturno) tienden a llevar un estilo de vida excesivamente sedentario, caracterizado por poco rato de actividad física, que además es de baja intensidad, y que pone en mayor riesgo su salud.
El análisis indica que las personas que prefieren acostarse más tarde y levantarse más tarde hacen un 56% menos de ejercicio físico que sus homólogos madrugadores.
A juzgar por los resultados del nuevo estudio, levantarse temprano e irse a dormir temprano parece estar relacionado con un estilo de vida más rico en actividad física.
El ejercicio desempeña un papel importante para las personas con diabetes, ya que ayuda a mantener un peso y una presión sanguínea saludables, así como a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, todos ellos factores importantes para mejorar la gestión de la diabetes. Por ello, es sumamente importante conocer los factores que pueden mitigar la propensión de una persona a hacer ejercicio físico.
El estudio, titulado “Physical behaviors and chronotype in people with type 2 diabetes”, se publicó en la revista académica BMJ Open Diabetes Research & Care. (Fuente: NCYT de Amazings)