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La suba de precios de principios de año en España es difícil de aceptar ya que la pandemia de COVID-19 ha puesto fin a seis años de crecimiento del empleo. Algunos productos como la comida y las gaseosas están registran un aumento meteórico del IVA del 10% al 21%.
También hubo un alza del precio de los cereales, que conllevó a que el pan aumente entre 10 a 20 centavos de euro. Pero lo más duro fue el aumento del gas de un 6% y de la electricidad con un aumento del 27%. Las subas no podían haber llegado en peor momento, cuando una ola de frío golpea la península, desde Andalucía hasta los Pirineos.
La calefacción se convirtió en un lujo para muchos. La pobreza energética afecta al 10% de la población. El partido de izquierdas Podemos, aliado con los socialistas del gobierno, ha exigido que ningún hogar se quede sin electricidad. Un deseo que no se ha cumplido porque casi 2.000 familias llevan 90 días viviendo en los suburbios de Madrid sin luz.
En Barcelona, las rebajas acaban de empezar en un ambiente algo sombrío. Las autoridades catalanas han anunciado nuevas restricciones que obligan a las tiendas no esenciales a cerrar el fin de semana. Esta noticia obligó a Emma Frigola, gerente de una pequeña tienda de ropa, a adaptarse: "Decidimos no cerrar más a la hora de la comida para que al menos a esta hora del día, cuando antes no facturábamos, pudiéramos equilibrar el saldo de los sábados y domingos perdidos. No podremos hacerlo, pero la caída de las ventas puede ser menos pronunciada”.
Las promociones de ventas para llevar se multiplican en las páginas web de los grandes comercios. Pero los pequeños sufren las consecuencias de las restricciones aunque entiendan a sus clientes como Ana Jiménez, gerente de una zapatería: "La mayoría de la gente trabaja de lunes a viernes y no podrán venir los sábados que era el día en que más ventas teníamos. Así que esta medida es desesperante y desagradable”.
Se espera que estas restricciones duren 10 días, pero son pocos los comerciantes que son optimistas. Incluso temen nuevas medidas más drásticas ante las malas cifras de salud: los casos de COVID-19 han aumentado un 35% en las últimas dos semanas en la región. (RFI)