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El año 2020 estuvo marcado a fuego por la pandemia del coronavirus (Covid-19) y más allá de la cuestión sanitaria, la economía de todo el mundo se vio ampliamente perjudicada. Las Pymes y los comerciantes independientes fueron los que más sufrieron los efectos del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) que los llevó a cerrar sus puertas durante los primeros meses de cuarentena estricta.
En este sentido, los rubros más afectados fueron indumentaria, calzados y decoración y textiles para el hogar ya que estiman que este año cerraron 90.700 locales, 41.200 Pymes y quedaron perjudicados 185.300 trabajadores, según un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
El estudio reflejó que el 15,6% de los locales comerciales del país cerraron, sin registro de que se hayan mudado a zonas más económicas y en promedio nueve locales por cuadra bajaron sus persianas definitivamente.
"La tasa de mudanza registrada apenas llega al 0,3%. Es decir, la crisis fue tan profunda que los comercios ni siquiera pudieron compensar mudándose a zonas más baratas, como suele suceder en períodos recesivos", explicó el informe.
No obstante, las más perjudicadas fueron las galerías comerciales, donde la tasa de cierre alcanzó a 23%.
Según CAME, las cinco provincias más afectadas por los cierres resultaron: Chubut, con una tasa de 34%; Córdoba, con 25.4%; Neuquén, con 25.2%; Tierra del Fuego, con 21.2% y Santa Cruz, con una tasa de 18.8%. En conclusión, la región patagónica sufrió la mayor cantidad de cierres de locales con un 22,7%, mientras que el NOA fue la menos perjudicada con 11,5%.
Sin embargo, la entidad advirtió que no todas las Pymes dieron el CUIT de baja, por lo que esperan que en los próximos meses, "si todo se normaliza", un porcentaje de estos comercios "vuelva a aparecer" en la misma u otra actividad.
"Hay que recordar que es probable que el empresario Pyme, aun en el peor momento, vuelva a levantarse y reiniciar su negocio, pese al daño ya consumado tanto para él, su familia, la de sus empleados, así como para el país", resaltó el informe como un aspecto de esperanzador y destacó la resiliencia del comerciante argentino.
Por otra parte, CAME reveló que muchos de los locales cerrados en barrios "pasaron a la informalidad" ya que comenzaron a vender en sus casas o por redes sociales apelando a que ya tenían una clientela generada y al "boca en boca".
Estos datos surgieron de un relevamiento realizado por CAME entre el 1 y el 18 de diciembre en 39 ciudades de las 23 provincias del país y CABA. Con un equipo de 33 encuestadores, se relevaron 82.629 comercios en 1500 calles. De ellos, 12.843 estaban cerrados y vacíos, afectando a 28.300 empleos. (BAE)