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Se cumplen en 2021 los 150 años de la Comuna de París y por ende de la construcción de la Basílica del Sagrado Corazón. Pero su legado sigue generando polémicas hoy en día.
En una entrevista al diario Le Parisien, la ministra francesa de Cultura se alegró por la decisión de sumar el Sagrado Corazón a los 45.500 edificios históricos que el Estado protege en Francia. Esta clasificación jurídica permite a monumentos recibir subvenciones y apoyo científico de conservación por parte del ministerio. "Se ha hecho una mala lectura histórica", dijo la ministra al explicar las razones de esta decisión tardía.
Se han difundido varias peticiones en contra por parte de una franja de la población que considera el monumento como un símbolo de la contrarrevolución. Construida en 1871 poco después de la sangrienta insurrección popular de la llamada Comuna de París, se cree que la basílica tenía como propósito la "expiación de los pecados" de las revoluciones francesas.
Según el historiador y presidente de la dirección regional de asuntos culturales (DRAC), Laurent Roturier, "en realidad se encomendó su construcción al final del año 1870, o sea varios meses antes de la Comuna".
Sin embargo, el académico Éric Fournier, de la universidad Panthéon-Sorbonne, afirma que sí se trataba de una revancha de los monarquistas tras un siglo de revoluciones y de incursiones del pueblo en la escena política. "Se planeó construir para expiar todas las revoluciones desde 1789, ya que las consideraban como responsables de la derrota militar de Francia ante Prusia en 1870", explica.
Resalta que fue el gobierno del "Orden moral", el más reaccionario en la historia de Francia, que solicitó su construcción. Además, apunta, se alzó en la colina de Montmartre, allí donde comenzó la insurrección 1871. Una revolución que dejó varios miles de muertos, principalmente en el bando popular.
Hoy en día se perpetúa este conflicto de memoria. Los miembros actuales de asociación "Amigos y amigas de la Comuna de París", fundada en 1882 por los revolucionarios que volvieron del exilio, han lanzado una petición en línea para denunciar "una provocación".
"Quieren que el Sagrado Corazón se vuelva monumento histórico pero por otro lado la Comuna no dispone de un museo en París", lamenta Françoise Bazire, secretaria general. Todos los objetos vinculados a este periodo revolucionario se encuentran en otras ciudades.
La asociación también pide que al menos una estación de metro mencione "Comuna de París - 1871". "La alcaldía está de acuerdo pero la empresa de transporte no. Hacen todo para negar la memoria de los comunarios", dice Bazire.
La dirección regional de asuntos culturales recuerda que no tiene intenciones parciales. "Queremos proteger la basílica tanto como el parque Louise Michel", dice Laurent Roturier, en referencia a una personalidad emblemática de la Comuna.
También explica que esta decisión tardía se debía al estado relativamente bueno del edificio, cuya arquitectura no necesitaba protección urgente.
"Desafortunadamente se privilegia una historia consensual ante todo, con el único objetivo de transformar París en un museo", lamenta el historiador Éric Fournier.
La basílica del Sagrado Corazón ha sido el monumento más visitado de París después de la catedral de Notre-Dame, con un promedio de 10 millones de visitas al año. (RFI)