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Baréin siguió a los Emiratos Árabes Unidos al acordar el mes pasado normalizar los lazos con Israel, una alianza que los palestinos condenan, pues habían puesto como condición que se les reconociese como Estado antes de cualquier acercamiento regional de este tipo.
El avance, supervisado por Donald Trump, supone un éxito para la política exterior del republicano, que en menos de tres semanas buscará ser reelegido en los comicios de EEUU. Para los aliados del país norteamericano es una oportunidad de cerrar filas frente a Irán.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, indicó que las dos delegaciones trabajarían en los acuerdos de cooperación y en el “establecimiento de un tratado de paz”.
El pasado 15 de septiembre, Israel y Baréin firmaron una “Declaración de Paz, Cooperación y Relaciones Diplomáticas y Amistosas Constructivas” en una ceremonia celebrada en la Casa Blanca.
El domingo, antes de que la delegación israelí partiese rumbo a Manama, el enviado de EEUU a Oriente Próximo, Avi Berkowitz, aseguró que Israel y Baréin firmarían un comunicado conjunto “sobre el turismo y las relaciones bancarias y diplomáticas” entre ambos países. (REUTERS)