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El 4 de julio, fiesta nacional en EEUU, el Pentágono decidió enviar dos portaviones, el USS Ronald Reagan y el USS Nimitz, a la zona marítima donde China realizaba ejercicios militares anunciados tiempo atrás, del 1 al 5 de julio.
Para la Casa Blanca se trataba de "enviar una señal clara a nuestros socios y aliados de que estamos comprometidos con la seguridad regional y la estabilidad", ya que las maniobras chinas se realizaron en el entorno de las Islas Paracelso, en disputa entre China, Vietnam y Taiwán.
En los hechos, las dos mayores marinas de guerra del mundo han llevado a cabo simultáneamente ejercicios militares en un mismo espacio, con grandes despliegues de barcos que amenazan con arrastrar a la región hacia un conflicto entre superpotencias de incalculables consecuencias.
El presidente del Instituto Nacional de Estudios del Mar del Sur de China, Wu Shicun, escribió un artículo editorial en Global Times recordando que había hecho una predicción en enero de 2020, diciendo que este año sería un punto de inflexión en el Mar del Sur de China, ya que la situación regional pasaría de "estabilizarse y mejorar" a una situación de "turbulencia".
El analista recuerda que en mayo pasado EEUU amenazó con "aumentar la presión pública" contra China y que a fines de junio envió a los grupos de ataque de portaviones Nimitz y Ronald Reagan para simulacros dobles en el Mar de Filipinas.
El editorialista de Global Times asegura también que EEUU mantiene una actitud "agresiva y provocadora sin precedentes en la región", que la potencia es la mayor amenaza para la paz y la estabilidad y que está "militarizando esta tranquila región".
Como sucede en otras áreas del planeta, y recientemente en la frontera entre la India y China, considera que es probable que EEUU "haya estado instigando en secreto" a varios países de la región "para provocar a China con movimientos unilaterales imprudentes".
Por otro lado, China no ha dejado pasar la oportunidad para enseñar que el Ejército Popular de Liberación de China (EPL) tiene el control del Mar del Sur de China y que cuenta con "una amplia selección de armas de portaviones como los misiles asesinos de portaviones DF-21D y DF-26".
Por otro lado, el experto militar chino Song Zhongping, dijo a Asia Times que "no es realista que Estados Unidos libre una guerra contra China con solo dos portaviones en el Mar del Sur de China, y es muy poco probable que las dos partes puedan provocar un conflicto accidentalmente debido a los simulacros". En Beijing se considera que las maniobras de EEUU tienen poco vuelo y más que a China se dirigen a sus propios aliados.
Sin embargo, en el corto plazo, EEUU ha conseguido impresionar a algunos aliados en la región, como quedó de manifiesto en la reciente cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). En ese foro, aparecieron críticas de importantes países de la región, como Vietnam y Filipinas, que han mejorado sus relaciones con EEUU y están más distanciados de Beijing.
Pero el centro del debate está en la creciente potencia militar naval de China, que no deja de crecer por dos razones básicas: los dirigentes de Beijing parecen estar convencidos de que tarde o temprano un enfrentamiento militar con EEUU es inevitable y porque tienen la mayor capacidad industrial del planeta como para construir buques de guerra a una velocidad inigualable.
China construyó tres naves de "asalto anfibio pesado" en apenas un año, algo imposible de igualar por ninguna otra potencia. Se trata de los buques Clase 075, equiparables a portaviones medianos que desplazan 40.000 toneladas, "comparable al portaviones nuclear francés Charles De Gaulle, con mucho el portaviones más capaz presentado por una potencia europea continental", según el portal Military Watch Magazine.
Estos buques son similares a la Clase Wasp de la Armada de los EEUU, puedan transportar vehículos blindados, helicópteros de ataque y aerodeslizadores, lo que los convierte en "adecuados para operaciones ofensivas, ya sea realizando un desembarco en la playa en islas en disputa o contra territorio enemigo". En suma, son los buques ideales para el combate en el Mar del Sur de China.
El 25 de setiembre de 2019 botaron el primer buque de asalto Clase 075. El 22 de abril de 2020 el segundo. Esta semana se supo que esos buques están comenzando a desplegar helicópteros de asalto no tripulados y, a la vez, trascendió que "un tercero está a punto de ser lanzado", ya que "China se ha convertido en un líder mundial en tecnologías de drones en los últimos años".
Para 2025, en apenas cinco años, China contará con siete portaviones en total, sumando los tres Clase 075 medianos y los cuatro de gran tamaño, dos de ellos ya botados y dos más en construcción.
Sin embargo, la nave destinada a cambiar la relación de fuerzas en el Pacífico no serán los portaviones sino los destructores Tipo 055, de los que ya ha lanzado cinco y completará su flota con ocho, destinados a escoltar a los portaviones. Según los analistas, estos buques son "los destructores más capaces en servicio en cualquier parte del mundo, y despliegan la suite de armamentos más grande y posiblemente la más sofisticada del mundo".
Desplazan 13.000 toneladas e incorporan un sistema de lanzamiento vertical (VLS) con 112 lanzadores que disparan misiles tierra-aire, antibuque, antisubmarino y de ataque terrestre, y despliega una combinación de diez tipos de misiles diferentes. "Esto proporciona a los destructores chinos y sus contingentes lo que probablemente sea la mejor protección contra ataques aéreos y de misiles en el mundo".
La nueva generación de destructores comenzó a fabricarse en 2018 y se están botando a razón de tres por año, más otros tres algo más livianos de la Clase 052. La capacidad industrial de China le permite construir el mejor destructor del mundo con una velocidad de fabricación que está produciendo "la expansión naval más rápida de la historia", lo que le permitirá al Dragón "superar cuantitativamente la flota de destructores de la Armada de EEUU antes de 2025".
LA FUERZA DE MISILES CHINA, LISTA PARA “HUNDIR” A LOS PORTAVIONES DE EEUU
La fuerza de Misiles del Ejército Popular de Liberación está ganando una hipotética carrera de misiles contra EEUU, especialmente en cuanto a sus misiles antibuque, informó Reuters.
"Sabemos que China tiene la fuerza de misiles balísticos más avanzada del mundo", declaró a la agencia el capitán retirado de la Marina de EEUU y ex oficial superior de inteligencia de la Flota del Pacífico de EEUU, James Fanell.
Por su parte, el exoficial del Cuerpo de Marines y experto del Instituto de Estudios Aeroespaciales Mitchell, Robert Haddick, admitió que "la capacidad de los misiles antibuque chinos supera a la de los estadounidenses en cuanto a su alcance, velocidad y rendimiento de sensores".
Mientras que Washington hacía caso omiso de las capacidades militares de Pekín, China ha pasado décadas trabajando en la creación de un medio eficaz de disuasión contra una docena de portaviones que utiliza EEUU para aterrorizar a sus adversarios.
Cabe señalar que China toma sus misiles tan en serio que en 2015, el presidente Xi Jinping convirtió la Fuerza de Misiles del Ejército de Liberación en una de las subdivisiones de las Fuerzas Armadas de China, junto con el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea.
Pese a que Pekín nunca hizo público el tamaño de su arsenal de misiles, según los datos compartidos por la Liga de la Juventud Comunista —el ala juvenil del Partido Comunista de China— la subdivisión consta de unos 100.000 efectivos y cuenta con 200 misiles balísticos intercontinentales, 300 misiles de medio alcance, 1.150 proyectiles de corto alcance y 3.000 misiles de crucero.
Las armas chinas tienen una ventaja sobre los proyectiles estadounidenses en cuanto a su velocidad y alcance. Por ejemplo, EEUU carece de misiles antibuque supersónicos o de largo alcance, mientras que el país asiático cuenta con dos: el YJ-12 —que tiene un alcance de 400 kilómetros—, y el YJ-18, con un alcance de 540 kilómetros.
A su vez, el mejor misil antibuque estadounidense, el RGM-UGH-84 Harpoon, ha sido modificado para ampliar su alcance hasta los 250 kilómetros. Asimismo, la empresa fabricante Raytheon ha estado intentado modernizar su misil de crucero Tomahawk —que tiene un alcance de 1.600 kilómetros— para convertirlo en un misil antibuque. Sin embargo, aún está muy lejos de apuntar a las naves de la Armada china.
"Hay una brecha muy grande", admitió Haddick.
La tecnología hipersónica es otra área donde lidera China y no EEUU: desde 2014, Pekín ha estado poniendo a prueba las armas con una velocidad hasta cinco veces más alta que la del sonido.
"Francamente, éramos los líderes hace 10 o 15 años, pero ahora, simplemente lo dejamos pasar", admitió en abril de 2018 Michael Griffin, subsecretario de Defensa de EEUU, quien subrayó que Washington tiene que "empezar de nuevo".
"No tenemos ninguna defensa contra los sistemas chinos", advirtió.
En 2017, EEUU puso a prueba un crucero de misiles hipersónico. No obstante, los contratos otorgados a Lockheed Martin y Raytheon todavía no dieron resultados.
"Estamos en desventaja respecto a China en el sentido de que Pekín tiene misiles balísticos terrestres que amenazan a nuestras bases y nuestros buques en el Pacífico Occidental", declaró el exjefe del Comando del Pacífico de EEUU, almirante Harry Harris, en marzo de 2018.
Pese a que un coronel retirado del Ejército de Liberación afirmó a Reuters que "los misiles estadounidenses son superiores a los nuestros en lo que respecta a su calidad y cantidad", Pekín todavía tiene una ventaja en cuanto al coste de los proyectiles: es capaz de fabricar mucho más misiles que los que EEUU es capaz de derribar, mientras que solo un portaviones podría tener un costo hasta 10.000 veces más alto que un misil.
"No podemos derrotar a EEUU en el mar, pero nuestros misiles están dirigidos específicamente contra los portaviones estadounidenses e impiden que se acerquen a nuestras aguas territoriales en caso de un conflicto", concluyó el militar retirado chino.
EL DESPERTAR DEL DRAGÓN: CHINA IGUALARÁ SU FLOTA DE PORTAVIONES A LA DE EEUU
China planea botar seis portaviones, cuatro de los cuales serán nucleares, hasta el año de 2035, en un intento de igualar a EEUU en términos de fuerza naval.
Actualmente China posee un solo portaviones en servicio, el Liaoning, un buque soviético comprado a Ucrania en 1998 y modernizado para el país asiático. Además, la Marina de Guerra china posee el Type 001A, el primer portaviones construido en el país, pero todavía en fase de pruebas.
Pekín busca expandir su flota de portaviones para cumplir con sus ambiciones navales globales y defender sus crecientes intereses en la esfera internacional. La construcción de su próximo portaviones convencional de propulsión diesel, el Type 002, comenzó el año pasado. Este será el primer buque chino equipado con el Sistema Electromagnético de Lanzamiento de Aeronaves (EMALS), similar al utilizado en las embarcaciones de Estados Unidos y capaz de catapultar a las aeronaves con más rapidez.
"El país necesita seguir desarrollándose hasta que esté al mismo nivel que Estados Unidos", afirmó Wang Yunfei, un experto naval y oficial retirado de la Armada china, a South China Morning Post (SCMP).
Para el experto militar, Song Zhongping, el Type 002, podría ser el único portaviones convencional de propulsión diesel con EMALS del país, ya que las próximas embarcaciones chinas de este tipo contarán con una propulsión nuclear.
egún Wang, los portaviones de propulsión nuclear con EMALS deben ser construidos y entrar en servicio para el año 2035, lo que elevaría el número total de portaviones a al menos seis, aunque solamente cuatro serán utilizados en la línea del frente.
Los dos expertos consideraron que el Liaoning estará obsoleto en el 2035 y probablemente será reemplazado por el Type 001A.
Wang agregó que el presupuesto para los proyectos de los portaviones no se disminuirá pese a la desaceleración económica del país y la guerra comercial con Estados Unidos.
"Incluso si la desaceleración económica llega a tener un efecto, podemos ajustar las proporciones en el gasto militar total para garantizar que la modernización naval continúe. Por ejemplo, podemos reducir el número de nuevos tanques", apuntó el experto.