En situaciones de estrés, el sentimiento de culpa puede empujarnos a mejorar nuestras actuaciones
El sentimiento de culpa se asocia normalmente a sus efectos negativos. Sin embargo, «la culpa puede ser saludable si conduce a que las personas mayores lleven a cabo conductas positivas y adaptativas a la situación en la que se encuentran, como puede ser el confinamiento por coronavirus«, indica el Dr. Javier López.
El psicólogo y profesor titular de la Universidad San Pablo-CEU explica en este vídeo producido junto a la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología cómo superar el sentimiento de culpa y obtener de él un aprendizaje en clave positiva.
¿Cuándo la culpa es adaptativa y sana?
1. Cuando se analizan juicios de comportamiento concretos. La culpa es adaptativa cuando nos lleva a evitar realizar juicios globales sobre la persona. En este sentido, lo que se analizan son juicios de comportamiento concretos. Por ejemplo, cuando nos decimos que convendría no haber iniciado una discusión o haber gritado a alguien durante la convivencia en una ocasión concreta. Por el contrario, la culpa sería desadactativa si desacreditásemos de forma global el «ser» o el «hacer» de la persona. Cuando nos decimos, por ejemplo: «Soy un bocazas» o «ya quisiera ser tan buena persona como mi familiar», «soy un incordio», etc.
2. Cuando es compatible con una sana autoestima. Cuando somos capaces de reconocer nuestros fallos, pero también nuestros aciertos.
3. Cuando es relacional y, por lo tanto, nos duele haber causado un sufrimiento a los demás.
4. Cuando no nos reconocemos perfectos. Sabemos que cometemos errores y tenemos cosas que mejorar.
5. Cuando nos hace sentirnos realistas de lo que nos ocurre. Cuando no nos sitúa en niveles de autoexigencia muy altos ni nos exige ser perfectos.
6. Cuando es personal y completa, es decir, que se dirige a una actuación en la que creemos que nos hemos equivocado (y no nos descalifica como personas, de manera general) y cuando no nos movemos por una idea, principio o tabú, sino que reconocemos que hemos metido la pata.
En tiempos de estrés y dificultad, como el confinamiento y la crisis sanitaria por la COVID-19, el sentimiento de culpa puede tener un efecto positivo siempre que nos empuje a reconocer nuestros errores y adoptar conductas distintas de las que hemos llevado a cabo. (www.medicinatv.com)