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1. Agua.
Cuando estamos hinchados, la bebida ideal es el agua. Es recomendable consumir dos litros diarios. El agua ayuda a mejorar nuestro proceso digestivo, lo que influye directamente en que se reduzca el estado de hinchazón de vientre. Favorece también el funcionamiento de nuestro intestino y ayudará a evitar la retención de líquido (que también puede aumentar la hinchazón).
2. Batidos frutales caseros.
Las frutas y los lácteos fermentados pueden ayudar a reducir la hinchazón de vientre. Al hacer la fruta en smoothie o batido no consumimos la fibra tan directamente, pero sí nos beneficiamos del contenido acuoso que tienen. Esta agua, junto con la fibra no tan directa, ayuda a reducir la retención de líquido y evita problemas de estreñimiento. Las leches fermentadas, por su parte, (siempre que no tengamos intolerancia) pueden aportarnos probióticos que favorezcan al tránsito intestinal y ayudar a reducir el estreñimiento.
3. Jengibre.
Las infusiones de jengibre tienen numerosas ventajas para estos síntomas, sobre todo porque tienen grandes cantidades de agua. Las propiedades del jengibre ayudan a mejorar nuestro tránsito intestinal y además cuenta con ciertas propiedades antiinflamatorias que permiten bajar la hinchazón.
4. Diferentes tipos de té.
Al igual que otras infusiones, el té puede colaborar para reducir la hinchazón estomacal. Sobre todo, los que pueden ayudar a facilitar la digestión. Hay que tener en cuenta que el té inmediatamente después de comer puede dificultar la absorción de hierro, por lo que lo mejor es que lo consumamos unas dos horas después de comer.
5. Aguas saborizadas caseras.
Permiten incluir en un mismo vaso agua con diferentes frutas, hierbas e, incluso, verduras. Así nos beneficiamos de las propiedades del agua, pero también de los otros ingredientes que le sumemos. Un dato más: no les agregues azúcar. (La Nación, GDA)