WASHINGTON DC.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene una nueva petición de cara a las elecciones de noviembre: “confíen en mí”. Ante la prensa, en el Cementerio Nacional de Arlington al conmemorar el Día de los Caídos en Guerras, en compañía del vicepresidente Mike Pence y el secretario de Defensa, Mark Esper, el mandatario colocó la corona en la Tumba del Soldado Desconocido que se encuentra frente a las colinas con lápidas blancas. “Juntos venceremos al virus y Estados Unidos se levantará de esta crisis a nuevas e incluso mayores alturas”, comentó Trump durante una ceremonia en el histórico Fuerte McHenry en Baltimore. “Ningún obstáculo, desafío o amenaza es un rival para la gran determinación del pueblo estadounidense”, manifestó. En una época en que la economía enfrenta su peor recesión en un siglo, con más de 38 millones de desempleados, Trump habla cada vez con mayor frecuencia de una futura recuperación que probablemente no se materialice hasta después de las elecciones de noviembre. El presidente les está pidiendo a los votantes que miren más allá del dolor que se resiente en todo el país y le den otros cuatro años de mandato con base en la promesa de una recuperación económica en 2021. “Es una transición a la grandeza”, dijo Trump una y otra vez, pronosticando una economía próspera hacia finales del año. “Van a ver grandes números en el último trimestre, y van a terminar gozando un gran próximo año”, sostuvo. En tanto, Joe Biden se presentó en público por primera vez en más de dos meses, para colocar una corona en un parque de veteranos militares cerca de su casa en Delaware como tributo al Día de los Caídos. TRUMP AMENAZA CON LLEVAR LA CONVENCIÓN REPUBLICANA A OTRA CIUDAD SI NO LE PERMITEN UN «ESTADIO LLENO» El presidente de EE.UU. y candidato a la reelección acusa al gobernador de Carolina del Una de las claves del ascenso al poder de Donald Trump fue la conexión con las bases en la campaña de 2016. Sus mítines atraían a miles de personas y los medios repetían sus mensajes provocadores envuelto en un público electrizado. El coronavirus se ha cruzado en su camino en el año de su reelección, que se decidirá el próximo 3 de noviembre, y el presidente de EE.UU. hace todo lo posible para que la nueva campaña no pierda esa energía. La semana pasada ya advirtió de que los mítines «tienen que volver y tienen que volver pronto». Este lunes, en pleno Memorial Day, el festivo nacional que honra a los caídos del ejército, ha amenazado con cambiar la convención republicana de ciudad si no se le permite hacerlo con público hasta la bandera. La convención es la gran fiesta que los partidos celebran durante el verano previo a las elecciones presidenciales. Cuando el partido no tiene a un presidente que se presenta a su reelección -como es el caso de los demócratas este año-, la convención sirve para dar un espaldarazo generalizado al candidato, cubrirle de discursos elogiosos, estimular al electorado y cerrar la fiesta con profusión de confeti y optimismo. En el caso de los republicanos, con Trump en la Casa Blanca, se sirve la misma cantidad de confeti y se busca reafirmar la adhesión al líder, dar muestra de unidad y relanzar al presidente. Trump, que tendrá que responder ante los electores por su respuesta al coronavirus, necesita un espectáculo de ese tipo. Es habitual que los partidos elijan ciudades en estados decisivos, en un intento de ganar influencia en ellos. Los demócratas lo harán en Milwaukee (Wisconsin) y los republicanos en Charlotte (Carolina del Norte). Pero la pandemia, que ha sacudido la campaña presidencial -ha retrasado decenas de primarias y ha imposibilitado cualquier evento en persona hasta ahora-, también ha afectado a las convenciones. La demócrata estaba prevista para mediados de julio y ha ha sido desplazada hasta mediados de agosto. Y ahora Trump pone en duda que la republicana se vaya a celebrar en Charlotte. El presidente dijo este lunes que se verá «obligado» a llevarse la fiesta a otro lugar si no le permiten un «asistencia completa» en el estadio Spectrum Center, que acoge los partidos de la NBA de los Charlotte Hornets. Trump echó la culpa al gobernador del estado, el demócrata Roy Cooper, al que acusó de estar en «modo confinamiento» y de no asegurarle que a finales del verano se podrá reunir una multitud en el estadio. Cooper ha dicho que la convención sería tratada como cualquier otro evento multitudinario y se ha negado a confirmar que los conciertos o los grandes espectáculos deportivos puedan volver a celebrarse este verano o en otoño. El consenso entre los expertos es de que habrá una segunda oleada de contagios este otoño o invierno, aunque su incidencia es todavía incierta. En los últimos días, Trump, que ha pasado buena parte de la pandemia encerrado en la Casa Blanca, ha reactivado su agenda fuera de Washington. En las últimas semanas ha visitado fábricas en Arizona y Michigan, en eventos con una escenografía similar a la de sus mítines, y esta semana prevé visitar Florida -otro estado clave- para el primer despegue de astronautas desde territorio estadounidense en casi una década. (ABC)