Basado en ultrasonido, este dispositivo electrónico permitiría hacerle un seguimiento a la velocidad de contracción o dilatación de la pupila de los pacientes, factor directamente relacionado con la presión del cráneo, la cual, en caso de aumentar, puede requerir de cirugías de urgencia. Detrás del proyecto están el doctor Edwin Alfonso Páez Monroy, especialista en Neurocirugía de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), y el profesor Jaime Arias, de la Facultad de Medicina de la Institución, quienes han trabajado en los últimos años en el desarrollo de un dispositivo que cualquier hospital de baja complejidad pueda usar y que sea poco invasivo para los pacientes. El doctor Páez explica que “el pupilómetro es un dispositivo electrónico que mide la apertura de la pupila, la cual es como un agujero, es el punto negro que vemos en los ojos y que hace la función de un diafragma en una cámara fotográfica: se cierra o se abre según la cantidad de luz en el ambiente, regulando su entrada al ojo para que se pueda formar la imagen”. Aunque el grado de dilatación o contracción de la pupila depende de muchos factores, como el estado de ánimo de la persona, el color de los ojos o el consumo de medicamentos, el interés que despierta este factor en el campo de la neurocirugía es que la velocidad con la que se abre o cierra está directamente relacionada con la presión dentro de la bóveda craneana, donde está el cerebro. “Eso es muy importante porque la mayoría de las cirugías de cráneo que se hacen de urgencia es porque la presión dentro de este es tan alta que no permite que le llegue el adecuado transporte sanguíneo y de oxígeno”, comenta el investigador, y añade que eso los motivó a trabajar en el desarrollo de un dispositivo que mejorara la manera como se hace el diagnóstico del aumento de la presión a partir del monitoreo de la pupila. Para ello partieron de una exhaustiva revisión de la literatura científica alrededor de temas como la anatomía y el ultrasonido del ojo, la presión intracraneal, y además investigaciones en las que se relacionara el tamaño de la pupila con esta presión. Aunque en el mundo ya existen otros pupilómetros, la propuesta del doctor Páez se basa en el ultrasonido como una herramienta para hacer una especie de ecografía ocular que evite el sesgo subjetivo del examinador, en este caso el personal médico que suele realizarles pruebas a los pacientes con una linterna para hacer una estimación de lo que tarda la pupila en abrirse o cerrarse. Los datos proporcionados por el dispositivo se correlacionaron con los obtenidos por alternativas disponibles actualmente, como los de cámara infrarroja desarrollados en EE. UU. para este fin y con los cuales se han reportado valores estándar con los que el Pupilómetro Bogotá se correlaciona bastante bien. “Encontramos que el ultrasonido es incluso más exacto para medir la velocidad de reacción de la pupila con respecto a la valoración clínica que se hace todos los días en los hospitales y es muy similar a los datos obtenidos con la cámara infrarroja”, señala el doctor Páez. A partir de los datos obtenidos con esta investigación el objetivo es continuar perfeccionando el dispositivo para conseguir que se ajuste a la morfología de la cara de los pacientes, debido a que se espera que se pueda usar para su monitoreo constante, ya sea en una Unidad de Cuidados Intensivos o desde su atención en urgencias, para de esta manera tomar mejores decisiones sobre el tratamiento que requiere. “Ese prototipo se debe comparar con la medición clínica de los pacientes que ya están enfermos y en los que sabemos que la presión intracraneana es alta”, comenta el investigador. Después de esto se esperaría, a futuro, hacer un estudio más ambicioso en una mayor cantidad de personas para demostrar si el uso del dispositivo disminuye la mortalidad y mejora los resultados clínicos de los pacientes. Con este pupilómetro se espera presentar una alternativa para obtener un examen clínico neurológico confiable con el que se puedan tomar decisiones terapéuticas, realizar seguimiento clínico adecuado o definir de manera inicial el pronóstico, superando las limitaciones actuales, como la naturaleza invasiva de algunos dispositivos de medición, por el requerimiento de procedimientos quirúrgicos para su implantación, además de los costos de los insumos necesarios para tal fin. Por otra parte, falta disponibilidad de tiempo y personal adecuadamente formado para la valoración periódica de los signos indirectos del aumento de la presión endocraneana en pacientes neurocríticos o en riesgo de deterioro neurológico, por lo que la objetividad de estos resultados puede ser muy baja. (Fuente: UNAL/DICYT)