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Nuestra primera lectura es que el programa económico será opuesto al de Mauricio Macri, con una mayor participación del sector público, y un foco en la producción, el empleo y la distribución del ingreso. El discurso estuvo centrado en el rol del sector público. Lo positivo, hizo mucho énfasis en la necesidad de tener consistencia entre las políticas fiscal, monetaria y de deuda, aunque sin dar muchos detalles al respecto. También habló sobre la importancia de converger a un superávit primario, descartó la emisión monetaria como opción para financiar el déficit, y expresó que buscará tener una relación constructiva con el FMI y los inversores.
A pesar de que los inversores han incorporado en los precios un programa económico heterodoxo y que en términos fiscales y monetarios el discurso fue más en línea con la expectativa de los inversores que lo esperado, creemos que el tono estuvo cargado de mucho contenido político, repitiendo en muchos casos exactamente las mismas frases que Fernández y con mucho foco en el rol central que tendrá el sector público como coordinador de la economía. Creemos que en términos netos el impacto es negativo en los precios, aunque reconocemos que es necesario esperar a ver el programa y la oferta de reestructuración en detalle para tener una visión más clara.
En primer lugar, resaltó que su trabajo principal será detener la recesión económica y construir un programa integral que ponga a la economía en marcha. Según Guzmán, Argentina enfrenta varios desbalances: un desequilibrio fiscal, ya que los pagos de intereses han aumentado mucho junto con la deuda externa; un desequilibrio externo, ya que el Gobierno previo ha tomado mucha deuda que no puede ser pagada dado que no uso esos dólares para aumentar la capacidad de pago; y el país está en una situación de virtual default. El programa, al cual llamó “Programa de Solidaridad y Reactivación Productiva”, será presentado en los próximos días en el Congreso. El objetivo del mismo será proteger a aquellos que menos tienen, y el foco estará en la inclusión social.
Guzmán también subrayó que el programa será lo opuesto al programa firmado por el Gobierno anterior con el FMI, el cual, según él, el propio FMI ha reconocido que falló. Aclaró que el programa será construido por él y su equipo, quienes son personas con mucha experiencia en el sector público. El equipo tiene una visión distinta acerca del rol del sector público respecto al Gobierno anterior. Cree en la necesidad de redefinir la visión del país, de cuáles sectores requieren protección y el rol del sector público. Dijo que el foco estará en la producción, el empleo y la generación de conocimiento. El primer objetivo es tranquilizar a la Argentina y ponerla en un camino de estabilización para abandonar el ciclo vicioso de ajuste fiscal, recesión y aumento de deuda, y así poder empezar a crecer.
En términos fiscales, el objetivo es converger a un equilibrio fiscal con superávit primario, lo cual él considera esencial para poder tener una política monetaria consistente y para poner a la deuda en un camino sostenible. Reconoció que es imposible hacer ajustes fiscales en 2020, pero también menciono que no hay espacio para estímulos fiscales, ya que Argentina no tiene acceso a los mercados y, a su vez, hacerlo con emisión monetaria sería desestabilizante para la economía, por lo que no es una opción tampoco. En suma, sugiere que el objetivo es apuntar a un déficit primario parecido al de este año, entre 1% y 1.5%, pero sin dar detalles al respecto.
En el frente monetario, el objetivo es comenzar el proceso de desinflación, el cual será lento y no debe ser abordado únicamente con política monetaria, sino construyendo una reputación a través de un programa macroeconómico consistente. Subrayó que es muy importante la consistencia entre la política fiscal y monetaria. Aunque hablo mucho sobre la consistencia, no proporcionó muchos detalles sobre el programa. El camino fiscal y monetario debe ser consistente con la deuda bajo las nuevas condiciones, dando entender que habrá una reestructuración de la misma. Tampoco proporcionó detalles sobre la política cambiaria: de hecho, mencionó que la misma sigue bajo revisión, y sugirió que los controles de capital se mantendrán en el corto plazo.
Respecto a la deuda, hablo sobre una modificación de sus condiciones, aunque no proporcionó detalles sobre una propuesta potencial. Buscará tener una relación amistosa con el FMI y los inversores privados. Comentó que las conversaciones con el FMI ya habían iniciado, que el Fondo ha reconocido que el programa previo falló y que Argentina se encuentra en una situación económica seria. Las conversaciones han sido y serán constructivas, según el Ministro. Se buscará un nuevo acuerdo con el FMI, pero deberá estar en línea con el programa argentino, el cual estará construido sobre bases completamente distintas a las del programa previo. Dijo que las conversaciones con inversores privados para modificar las condiciones de la deuda comenzarán pronto, y que el FMI debería ser parte del nuevo acuerdo. (BAE)