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Este grupo, formado por ingenieros, matemáticos, informáticos, biólogos, incluso un antropólogo, de cuatro universidades madrileñas, ha presentado un ambicioso proyecto para combatir las enfermedades transmisibles por agua en zonas con pocos recursos.
Para obtener esta Medalla de Plata, la organización ha expresado que el proyecto presentado por los jóvenes científicos convence a los jueces de que “algo creado (arte y diseño, hardware, software, etc.) realiza la función que se pretende” y que, además, “dicho proyecto proporciona documentación detallada de esta validación en el wiki de su equipo”. Además, el jurado ha valorado el fin que persigue, por lo que supone para países en vías de desarrollo dónde el contagio del cólera todavía es un grave problema de salud.
El año pasado, este mismo grupo ya desarrolló la tecnología que les permitió fabricar un primer prototipo del sensor capaz de detectar correctamente una proteína. Se trataba de un sensor barato; autónomo, no necesitaba ninguna intervención humana, y escalable, para poder detectar más de una molécula.
Según Francisco Quero, biólogo y coordinador del grupo, “este año hemos dado un paso trascendental porque hemos desarrollado ese prototipo con el fin de poder detectar enfermedades transmisibles por el agua. Además-señala- el reto ahora no es hacer únicamente un sensor que permita detectar correctamente una proteína, sino hacer que sea viable y práctico en países en vías de desarrollo”.
Por ello, el prototipo se desarrollará en primer lugar para combatir el cólera, primera causa de muerte por aguas contaminadas según la Organización Mundial de la salud, OMS. Según esta organización, afecta a entre 1,4 y 4 millones de personas, ocasionando 143.000 muertes al año.
Francisco Quero señala que “para entender mejor las necesidades de las poblaciones que sufren de casos de cólera y ultimar las características del sensor que estamos desarrollando, hemos visitado Africa el pasado mes de Julio con el objetivo de entender la visión que sobre el cólera tienen las poblaciones locales, hemos obtenido el feedback de las distintas organizaciones que trabajan en ello y hemos probado los métodos que existen actualmente para ver sus ventajas e inconvenientes. Todo ello –afirma el joven biólogo- para desarrollar nuestro prototipo teniendo en cuenta toda la información de campo”.
Los Premios, concedidos esta madrugada en la ciudad norteamericana de Boston, son los de mayor prestigio para jóvenes investigadores a nivel mundial. En esta edición han participado 340 equipos de un total de 45 países, unas 6.000 personas en total. La competición iGEM (International Genetically Engineered Machine) es una competición internacional de biología sintética. Empezó en 2003 como un curso independiente para estudiantes universitarios del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
El grupo español ha contado con importantes ayudas: de la empresa Promega Biotech Ibérica, de CaixaBank, de la Fundación Madrid+D y de la Facultad de Biología de la UCM. Además, empresas como Promega Biotech Ibérica, Integrated DNA Technologies, Open Trons o Galileo Equipos, les han permitido abarataren gran medida el proyecto con suministros generales de laboratorio.
Los jóvenes investigadores pertenecen a la Universidad Complutense de Madrid, la Francisco de Vitoria, la Autónoma de Madrid y la Politécnica. Y han contado con el apoyo y tutorización de grandes investigadores del Centro Nacional de Biotecnología y del Instituto de Investigación Ramón y Cajal, entre otros. (Fuente. Promega)