Alberto Fernández medita qué hará con la economía. Prometió renegociación de deuda como Uruguay en 2002, pero no está claro. Algunos acreedores quieren una reestructuración rápida con solo extensión de plazos, pero otros piden que sea bajo el paraguas del FMI, que exigiría quitas de capital e intereses como en Ucrania en 2015. En el núcleo duro de economistas de Fernández están Guillermo Nielsen, Matías Kulfas, Cecilia Todesca Bocco, Emmanuel Álvarez Agis, Miguel Peirano y Miguel Pesce. De ahí saldría el ministro de Economía y el presidente del Banco Central. Fernández también dialoga con Martín Redrado y Carlos Melconian. El Frente de Todos prevé iniciar el 28 de octubre la negociación coordinada con acreedores privados, el FMI y los tres países a los que considera clave en el organismo: Estados Unidos, Alemania y Francia. “El Fondo aprieta con la sostenibilidad de la deuda, no te va a dar plata sin ver eso”, cuentan. “Ya no se centra en el equilibrio fiscal. Debería decir si nuestro planteo es sostenible.” Analistas consideran que Donald Trump apoyará si Fernández lo respalda en su lucha contra Nicolás Maduro. En Todos descreen que la relación con Estados Unidos pase por allí. Por lo pronto, Fernández agradeció al embajador norteamericano, Edward Prado, que haya confirmado en septiembre créditos para inversiones por US$ 1.100 millones. “Queremos negociar rápido la deuda para empezar a crecer”, cuentan en Todos. Para ello prevén bajar la tasa de interés y aumentar sueldos y jubilaciones, de modo de reactivar el consumo y la capacidad ociosa de la industria. Descartan anclar el dólar para domar la inflación: “Necesitás un dólar competitivo para la exportación”. Para doblegar la inflación apuntan un acuerdo para que los empresarios no aumenten tanto los precios y los sindicatos no aspiren a recuperar tan rápido el poder de compra. Sostienen que respetarán los contratos con empresas de energía, aunque aspiran a tarifas “pagables”. Fernández anticipa que subirá Bienes Personales, pero aún no define si también las retenciones. Aspiran a la paz con el campo. Apoyarán a Aerolíneas, pero sin matar a las low cost. (Perfil)