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De esta manera se corona una de las más esperadas obras de zona norte, por cuanto desde hace 30 años y a pesar de los sucesivos gobiernos del kirchnerismo en la ciudad, la provincia y el país, nunca se logró la provisión de agua a la población y por el contrario, los continuos cortes por roturas del acueducto viejo, luego por las deficiencias del nuevo construido en parte por la empresa de Cristóbal López, fueron una aspiradora de fondos públicos que nunca resolvió el problema de fondo.
La planta de Ósmosis estaba prevista que entrara en funcionamiento en aproximadamente 8 meses más, especialmente porque los tanques (parte fundamental del sistema) estaban demorados en Aduana. De acuerdo a las declaraciones del propio intendente Facundo Prades, se logró destrabar el trámite y las piezas ya están en Caleta Olivia, estimando que técnicamente para el mes de marzo la planta ya estaría en perfecto funcionamiento, aunque no descartan que en diciembre se estén realizando las pruebas primarias del sistema.
Esta planta es la segunda de importancia en latinoamérica y se logró con participación nacional de fondos y el aporte de un 10% de la provincia. Curiosamente y no solo debido a la campaña política que se está llevando a cabo en la provincia y el país, desde el gobierno provincial se trató de capitalizar la obra “como iniciativa propia” y destacar los “fondos aportados para que Caleta Olivia resuelva definitivamente el problema hídrico”, dijeron desde SPSE, pero la realidad es otra. Ha sido el gobierno de Mauricio Macri quien le dio impulso a esta obra y es su administración la que le facilita al hoy intendente de Caleta quedar como el único, después de todos los intendentes K que pasaron anteriormente por la comuna, como el ejecutor material de esta iniciativa histórica para Caleta y para Santa Cruz.
Prevén que la próxima semana arribe a Caleta la empresa encargada de emplazar los tanques, colocar las tres bombas de toma de agua y devolución y resolver los problemas de energía eléctrica que demanda el sistema, teniendo en cuenta que el soterramiento del caño que devuelve el agua residual al mar ya está finalizado.
Cabe acotar que los tanques parados en la Aduana nacional, esperaban ser entregados recién para el mes de diciembre de este año. Su adelantamiento, claro está, constituye el punto fundamental para que la obra en sí misma acorte los tiempos de ejecución considerablemente y esto trae a la población de Caleta Olivia no solo una expectativa importante ante un cambio fundamental en su nivel de vida, sino la seguridad de que se ha hecho posible un gran anhelo al que no contribuyeron los sucesivos intendentes oficialista que han pasado reiteradamente por el municipio de Caleta, sin poner un solo tornillo, pero llenando de promesas una y otra vez a la comunidad, mientras día a día la ciudad sufrió y sufre la desidia, el abandono y las causas de una corrupción sin pausa a los largo de estos últimos 30 años de gobiernos kirchneristas en la provincia y el país.
Precisamente, cabe destacar que uno de aquellos corresponsables de la falta de solución al tema del agua, Fernando Cotillo, intendente por 8 años seguidos de Caleta Olivia, paradógicamente para las elecciones del día 27 de octubre, vuelve a pedirle el voto a los caletenses con el fin de cumplir su tercer mandato. Sin embargo, su discurso de campaña (al menos por esta vez) no podrá hacer eje en la promesa de la Planta de Ósmosis Inversa, un latiguillo fuertemente explotado por el relato K, porque le han ganado de mano y quien hizo realidad el sueño de los caletenses es un gobierno de otro color político, que no hizo las cosas bien macroeconómicamente, es cierto, pero a Caleta Olivia le salda una deuda histórica. (Agencia OPI Santa Cruz)