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Del encuentro participaron el jefe de campaña de Fernández, Santiago Cafiero, y uno de sus principales referentes económicos, Matías Kulfas. Por el lado del sindicato, estuvieron Raúl Llaneza y Fabio Peñalva, dos de los delegados de ATE dentro del organismo estadístico.
Los trabajadores calificaron a la reunión como "buena". Reclamaron por la independencia política del organismo y de sus estadísticas, y también pidieron por la mejora de las condiciones laborales, ya que la precarización promueve la "discrecionalidad", estimaron.
"Nos dijeron que no habrá un Guillermo Moreno nuevamente, que esas épocas ya terminaron", contó uno de los presentes en la reunión, que dijo que allí se reconoció que la campaña de Alberto vinculada al Indec no había caído del todo bien entre los empleados del organismo, donde las marcas de la intervención kirchnerista todavía siguen muy presentes.
Según contaron a este medio, no se habló de quién podría ser el director del organismo en caso de que Fernández accediera a la presidencia desde el 10 de diciembre próximo.
El paso de los trabajadores de ATE se enmarcó en una votación de su asamblea, que también decidió pedir una reunión con el titular del Indec, Jorge Todesca, para mañana, y reclamar audiencias a los referentes de Roberto Lavagna y del Frente de Izquierda, contaron.
"Fue una reunión muy buena. Nos acercaron un informe sobre el estado de situación laboral del instituto. Y quedamos en vincularlos con los equipos técnicos más adelante, porque tenían sugerencias sobre el funcionamiento", contaron a LA NACION cerca de Fernández. Los trabajadores de ATE dejaron además su libro "No somos cómplices de la mentira".
Fernández era jefe de Gabinete cuando el Indec fue intervenido en enero de 2007. Participó de tres encuentros con ATE para intentar bajarle el tono a los conflictos y, pese a que se firmaron tres actas acuerdo, la polémica escaló. El candidato a presidente firmó, entre otros, el decreto que desplazó a Graciela Bevacqua, la ex directora del área de Precios (la primera desplazada del organismo estadístico) y presentó en 2008 el IPC manipulado de Moreno que varias universidades calificaron luego como "poco creíble". Sin embargo, la decisión de intervenir el Indec no fue directamente de él sino de Moreno y de sus jefes, Néstor y Cristina Kirchner.
En campaña, el candidato se despegó de los tiempos de Moreno en el Indec. "Lo último que haría sería copiar medidas de Guillermo Moreno, le hizo mucho mal a la Argentina", señaló en el encuentro que Clarín organizó semanas atrás en el Malba. "Yo no sé qué quiere hacer Todesca. Pero mi problema no es que Todesca siga o no siga, mi problema es que el Indec funcione. Tenemos que tener un Indec que diga la verdad", señaló.
Todesca le respondió a través de un inusual comunicado. "Me siento reconfortado con el reconocimiento a nivel político de la tarea que todo el equipo del instituto ha realizado, pero me cuesta tener confianza en que la independencia con que se desarrolló este proceso eventualmente pudiera ser respaldada en el futuro cuando esas manifestaciones provienen de quienes, desde las más altas funciones de gobierno, han sido testigos pasivos o actores directos del profundo avasallamiento institucional que tuvo lugar entre 2006 y 2015", afirmó. (LN)