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1. Tecnología wearable: smartwatch, pulseras cuantificadoras; son dispositivos inteligentes utilizados para monitorear la quema de calorías, la presión arterial o el ritmo cardíaco durante una rutina de ejercicios o durante el resto del día.
2. Entrenamiento en grupo: Esto reduce el abandono de la actividad, y aumenta los niveles de competitividad, en buen sentido.
3. Entrenamiento de alta intensidad por intervalos (HIIT): es beneficioso porque ayuda a quemar más grasa en menor tiempo, aumenta la masa muscular y la resistencia al entrenamiento.
4. Programas de fitness para adultos mayores:
Los abuelos también necesitan ejercicios. El envejecimiento se lleva mejor con una vida fitness.
5. Entrenamiento con el peso corporal: flexiones, abdominales, sentadillas, burpees o dominadas; usar tu peso corporal te ayuda a mejorar la flexibilidad, y la efectividad es segura.
6. Personal de entrenamiento certificado: es importante acudir a personal calificado para entrenar. Así evitas sufrir lesiones a causa de ejercicios mal hechos.
7. Yoga:
El yoga es una práctica que alivia el estrés, aumenta la concentración, el equilibrio y la flexibilidad, mejora la respiración, refuerza el sistema inmunológico, y más.
8. Entrenamiento personal: tener tu propio entrenador aumenta el compromiso y te permite aplicar ejercicios personalizados. Además, tendrás a quien rendir cuentas de tu progreso.
9. Entrenamiento funcional: mejora la postura corporal, reduce las posibilidades de lesiones, y ayuda a trabajar las cadenas musculares.
Cada año éstas y las demás tendencias pueden cambiar de posición, o incluso ser sustituidas por otra que sea tendencia. Lo recomendable es adoptar las que más se ajusten a tus gustos y estilo de vida.