Todo esto es importante para la quema de grasa, y por ende, para la reducción de tu peso corporal. La vitamina K tiene múltiples presentaciones: la vitamina K1 se encuentra en las plantas, la vitamina k2 es sintetizada por bacterias, y la vitamina K3 es artificial y sintética. Sin embargo, puedes obtenerla de manera natural, y esto es a través de los alimentos: • Verduras de hojas verdes: acelgas, lechuga, remolacha, berro, col, espinacas. Todas las verduras de hojas verde oscuro. • Ciruelas pasas: también contienen hierro, fibra y zinc; importantes para la salud digestiva. • Alimentos de origen animal: sobre todo en los huevos y el hígado, que lo contienen de forma más alta, y por ende, debemos consumirlos moderadamente. • Especias: tomillos secos, salvia, albahaca, cilantro, orégano y perejil. • Brócoli: antioxidante que también contiene fibra. Otro dato importante es que, si ya estás en la etapa menopaúsica, el consumo de vitamina K evitará que aumentes de peso. ¿Por qué? Pues, porque el bajo nivel de estrógeno, impide que se produzca osteocalcina, proteína que ayuda a construir huesos saludables y mantener un peso estable. La vitamina K ayuda a evitar esto. La osteocalcina es liberada por todo el torrente sanguíneo, actuando esta como hormona para estabilizar los niveles de azúcar en la sangre. La vitamina K también protege contra el cáncer y contra las enfermedades que afectan al corazón. Ayuda a tu cuerpo a mantener su salud, incluyendo esta vitamina a tu alimentación, y combinándolo con una rutinas de ejercicio diario.