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Las decisiones en firme las tomarán sus jefes, los presidentes y jefes de Gobierno del G7, en poco más de un mes en su cumbre anual en Biarritz. Pero los ministros de Economía y Finanzas de los países miembro, reunidos este miércoles y jueves en la ciudad francesa de Chantilly, quieren salir de la última reunión preparatoria con una agenda precisa. Difícil es que Francia, anfitriona del encuentro, y Estados Unidos lleguen a un consenso en uno de los temas más espinosos, la tasa Google que París acaba de aprobar y por la que Washington estudia imponerle sanciones al país europeo, que por su parte busca convencer a sus socios de la necesidad de que esto sea una norma internacional. Más sintonía parece haber sobre otra cuestión que inquieta, y mucho, a ambos lados del Atlántico: el auge de las criptodivisas como Libra, la moneda virtual de Facebook, que el G7 se ha propuesto analizar con lupa.
“En estos momentos, no se dan las condiciones para que la criptodivisa Libra pueda ser ponerse en marcha”, declaró el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, al comienzo de los dos días de reuniones con sus pares de Alemania, Canadá, Italia, Estados Unidos, Reino Unido y Japón. “No podemos aceptar tener ninguna moneda de intercambio con el mismo tipo de poder que las soberanas. Es necesario regular, y de momento Libra no cumple los requisitos”, insistió.
Le Maire dijo compartir las “inquietudes” sobre Libra que ya manifestó su el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, quien ha advertido del posible carácter "especulativo" de esta criptodivisa y de su potencial uso para el blanqueo de dinero. El martes, Facebook dijo que no lanzará Libra hasta que solucione todas las dudas regulatorias.
Libra, como “todas las otras monedas”, deberá “respetar las reglas de la lucha contra el lavado de dinero y de lucha antiterrorista que se imponen” a todos los tipos de pago, afirmó Le Maire.
En Chantilly, los ministros de Economía estaban decididos a buscar una “discusión profunda” sobre Libra en particular y sobre las criptomonedas en general con miras a acordar “un marco o una regulación” de las mismas, así como sobre “las condiciones que harían que este instrumento de intercambio sea posible”, declaró Le Maire.
La base de estas reflexiones es el estudio que el G7 encomendó al francés Benôit Coeuré, miembro del Consejo del BCE, para que analizara los riesgos asociados a las criptomonedas con “el blanqueo de capitales, la financiación del terrorismo los riesgos a la estabilidad financiera y a la transmisión de política monetaria”. En un encuentro de economistas en Aix-en-Provence a comienzos de mes, Coeuré ya descartó la posibilidad de permitir que evolucionen estas nuevas criptodivisas “en un vacío reglamentario”. En este sentido, consideró que anuncios como la creación de Libra constituyen una “llamada de atención” para que los gobiernos se dispongan de una vez a crear un marco regulatorio porque, subrayó, “se trata de establecer reglas, no de prohibir” instrumentos que no van a dejar de multiplicarse en el futuro.
Más espinosa se presentaba la discusión sobre cómo fiscalizar a las grandes plataformas digitales. Francia busca un acuerdo fiscal básico internacional para luchar contra la evasión fiscal de estas multinacionales. Pero para lograrlo, París va a tener que convencer a Estados Unidos, que ya ha amenazado a Francia con sanciones por su aprobación, hace una semana, de la denominada tasa Google, lo que le ha convertido en pionera mundial en la imposición fiscal a las plataformas digitales y otras multinacionales del ramo, conocidas también como las Gafa: Google, Amazon, Facebook y Apple.
Tras subrayar que la ley gala “no va contra ninguna empresa en particular”, Le Maire afirmó que Francia no piensa dar marcha atrás en una normativa que “ha sido decidida, ha sido votada y será aplicada”. Aunque reconoció que será difícil, insistió en que buscará cómo convencer a sus socios de la necesidad de “lograr un acuerdos obre la tasa y abrir la puerta a una solución para 2020 en el marco de la OCDE sobre la fiscalización digital”. Solo cuando haya un compromiso internacional, puntualizó, estará Francia dispuesta a retirar su fiscalización nacional. (elpais.es)