"Por mi parte, he tomado la decisión, pero no es fácil tomar una decisión como esta en su lugar y renunciar a su mandato", dijo a los periodistas. "A pesar de ser mi hijo, tiene que decidir", agregó. Cuestionado por Folha sobre el asunto, Eduardo Bolsonaro dijo que todavía no hay nada definido. "La misión que el presidente Bolsonaro me encomienda ciertamente se desempeñará de la mejor manera", dijo en la Cámara. "No hay nada formal, nada oficial”. "Sí, si el presidente Jair Bolsonaro me confía esta misión, estaría dispuesto a renunciar", dijo Eduardo a los periodistas. El presidente aseguró que el hijo habla inglés con fluidez, tiene buenas relaciones con la familia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y "transmitiría el mensaje perfectamente". "No quiero decidir su futuro por él", dijo. "Estaba pensando: si estuviera en Brasil el hijo del presidente Mauricio Macri como embajador de Argentina. Obviamente, el tratamiento sería diferente que con un embajador normal", dijo Jair Bolsonaro. Eduardo cumplió 35 años el miércoles (10), edad mínima para asumir como embajador. Después de la nominación del presidente, el Senado aún tiene que confirmar su nombramiento. El diputado federal no anunció públicamente que aceptó la nominación debido al temor político. Pidió consejo para saber si tendría que renunciar para asumir el cargo o si una excedencia resolvería la cuestioón. Eso sí, adelantó que aceptaría renunciar si fuera necesario. El tema es que si deja el cargo, teme ser avergonzado por un veto en el Senado, lo cual es raro, pero ya ha sucedido anteriormente. Abogado y secretario de la Policía Federal, Eduardo no cuenta con capacitación internacional específica. Es uno de los exponentes más influyentes del llamado grupo ideológico del gobierno, influenciado por las ideas del escritor brasileño residente en Estados Unidos, Olavo de Carvalho. Fue él el que respaldó la nominación, recomendada por Olavo, del diplomático Ernesto Araújo para el cargo de canciller. En Itamaraty, los discípulos del ministro incluso llamaron a Eduardo de "canciller en la sombra", por hacer la conexión directa entre Araújo y el padre presidente. Sin embargo, durante la visita de Jair Bolsonaro a Trump en marzo, Ernesto tuvo una rabieta delante de otros ministros del partido, debido a la participación de Eduardo en la reunión privada entre los dos presidentes. (Folha)