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Acusado de rebelión como otros dos responsables de la policía regional de los Mossos d'Esquadra y de la consejería regional de Interior, Josep Lluís Trapero se arriesga a hasta once años de prisión.
A otra dirigente policial, acusada en su caso de sedición, le solicitan una pena de cuatro años de cárcel.
El juicio se celebrará en el alto tribunal de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares, cerca de Madrid, hasta el mes de marzo.
El principal proceso vinculado al intento de secesión en la región de Cataluña en octubre de 2017 terminó en junio.
Doce dirigentes independentistas, entre ellos el antiguo vicepresidente regional Oriol Junqueras, fueron juzgados y están esperando el veredicto que deberá publicarse en otoño.
Nueve de ellos están en prisión preventiva y se arriesgan a penas de entre 16 y 25 años de cárcel por el delito de rebelión.
Trapero fue citado como testigo en este proceso y defendió la acción de su cuerpo policial, acusado por parte de los dirigentes de las fuerzas de seguridad españolas de haber facilitado el referéndum de autodeterminación ilegal del 1 de octubre de 2017 en vez de impedirlo como ordenó la justicia.
El exjefe policial catalán incluso reveló que sus hombres estaban preparados para detener al expresidente regional Carles Puigdemont si la justicia hubiera dado la orden.
Finalmente, el líder independentista marchó a Bélgica justo después de que el Parlamento regional proclamara una república fallida, escapando así a las futuras acciones judiciales. (AFP)