Los achaques del invierno llegaron cargados con un viejo reclamo de los vecinos del barrio Valentina Norte Rural, quienes reiteraron su pedido para ser conectado a la red de gas natural. Aseguran que una familia puede gastar hasta 15.000 pesos por mes para calefaccionarse con leña, garrafa o electricidad. Un caso testigo es el de Ofelia, quien tiene 85 años y subiste con su jubilación en una pequeña casa de cantonera sobre la calle Blanca del sector Los Hornos. La anciana aseguró que “acá nadie nos regala nada. Yo tengo que sobrevivir cómo puedo”. El presidente de la vecinal, Armando López, explicó que el panorama es difícil porque la ayuda del Estado es escasa, aclaró que los principales aportes los hace una empresa petrolera que tiene pozos en producción entre los lotes. “Nosotros los llamamos y ellos nos mandan camiones cargados de cantonera, después nosotros cortamos la madera para entregarla a los vecinos. El Plan Calor del Municipio no llega nunca, la leña de la Provincia y los bonos de gas tampoco”, reclamó. Remarcó que “en campaña el gobernador Omar Gutiérrez comprometió las gestiones del gas, la última noticia que tenemos es que Camuzzi autorizó la red de gas hace un mes, pero falta una mensura de los lotes por parte de Provincia para que hagan el proyecto ejecutivo de la obra”. En ese contexto, López explicó que las tierras donde se ubica el barrio pertenecen a la sucesión Fava, “es un terreno privado que se tomó hace mucho tiempo y nunca reclamaron los dueños. El Gobierno prometió la expropiación para que después nos vendan los lotes, los queremos pagar. Hay expedientes desde el año 2005 sobre el tema”. Un invierno costoso Según el vecinalista, la falta de una respuesta desmorona las economías hogareñas en el barrio, donde hoy se emplazan unas 800 familias. La falta de gas obliga a buscar opciones. En el barrio el servicio eléctrico está formalizado y los vecinos optan por esa alternativa para calefaccionarse. Pero a fin de mes llegan abultadas boletas, “algunos pagan hasta 8.000 pesos de luz”, indicó López. El uso de la electricidad no excluye la compra de leña o las garrafas. “El que tiene vehículo compra en aserradero que es barato, pero el que anda a pie compra en la leñera con una carretilla. Sale 10 pesos el kilo, un bin cargado de quebracho que aguanta toda la noche, no baja de 5.000 pesos”, detalló. En cuanto a las garrafas señaló que cada envase de 10 kilos cuesta unos 500 pesos y las familias compran, en promedio, uno por semana. “La gente no puede andar ahorrando, tienen que mantener a sus casas cálidas durante todo el día y es caro, hay vecinos que se levantan hasta tres veces por noche para poner leña”. Análisis: El humo que tapa los pozos Por las mañanas y desde lo alto de la barda, el oeste de Neuquén deja una postal que pide a gritos una respuesta. En el extremo de la ciudad el humo que brota de las casas forma un espeso manto blanco, que parece haber tapado todos los reclamos. Desde temprano los vecinos salen a la calle a trabajar y caminan entre calles de tierra congeladas por las heladas. Se suben al colectivo y desde arriba ven dos o tres pozos petroleros en el medio del caserío. Para Armando López, en ese sector de la ciudad la gente se enfrentan a una paradoja que les hace mucho ruido: “Neuquén es la provincia que exporta gas al mundo, pero no abastece a sus barrios”, expresó. En números $8.000 pagan en sus facturas de CALF algunos vecinos de Valentina Norte, quienes optan por termos eléctricos y caloventores. $5.000 cuesta un bin cargado con leñas duras. El más utilizado es el quebracho. (RN)