Ampliar
El 22 de mayo, el secretario de Finanzas de EEUU, Stephen Mnuchin, expresó la esperanza de que las partes regresen a la mesa de negociaciones y que los líderes de los dos países se reúnan a finales de junio.
"Nuestras puertas están abiertas para el diálogo, pero las negociaciones deben ser sensatas y sinceras. Un acuerdo de beneficio mutuo debe basarse en el respeto mutuo, así que esperamos que el deseo de EEUU de regresar a la mesa de negociaciones sea sincero", dijo Lu a la prensa.
Los días 9 y 10 de mayo tuvo lugar en Washington la 11 ronda de las negociaciones comerciales entre EEUU y China, que concluyó sin avances.
El mismo 10 de mayo, EEUU aumentó los aranceles del 10 al 25% a productos chinos, por valor de unos 200.000 millones de dólares.
Además, el presidente norteamericano, Donald Trump, ordenó empezar a subir los aranceles al resto de las importaciones chinas, por un valor estimado de 300.000 millones de dólares.
En respuesta, China anunció que elevará a partir del 1 de junio los aranceles a mercancías estadounidenses por 60.000 millones de dólares.
Desde el año pasado, las dos economías más grandes del mundo continúan implicadas en una guerra comercial a gran escala.
CHINA TIENE VARIAS OPCIONES PARA RESPONDER A EEUU EN LA GUERRA COMERCIAL
China no tiene miedo a la guerra comercial, aseguró a Sputnik Liu Ying, analista económico chino. El gigante asiático no puede dar una respuesta equivalente a la de EEUU debido al desequilibrio comercial. Pero tampoco se limitará a la imposición de aranceles, China tiene más opciones para complicarle la vida a Estados Unidos.
Uno de los ases bajo la manga de China son los 1,2 billones de deuda pública de EEUU. El gigante asiático sigue siendo el mayor tenedor del mundo de bonos del Tesoro. Si deja de comprarlos o comienza a venderlos, esto podría derribar los precios de los bonos de EEUU y subir su tasa de interés. Como resultado, le será mucho más complicado a Estados Unidos pagar su deuda, y a los empresarios y prestatarios individuales obtener préstamos. Esto complicará el crecimiento de la economía estadounidense.
Sin embargo, China podría optar por esta medida solo en un caso extremo. Apenas existen alternativas de inversión a los bonos del Tesoro de EEUU. Además, China necesita reservas de divisas para mantener la estabilidad de su sistema financiero, comentó a Sputnik Liu Ying, investigador del Instituto de estudios financieros Chongyang de la Universidad Popular de China.
"China no necesita deshacerse de la deuda estadounidense. China no es Europa, ni Japón, ni Alemania, ni Rusia. El PIB de China es de 90 billones de yuanes —13 billones de dólares—, y las reservas de oro están valoradas en más de tres billones de dólares. China tiene una gran economía".
Según el analista, ahora el problema entre EEUU y China "no está en el déficit comercial".
"China puede tener un superávit comercial, pero las ganancias seguirán en EEUU. Esta situación con la balanza comercial surgió como resultado de la división internacional del trabajo, es el resultado de la complementariedad de las cadenas de producción", aseguró.
Liu Ying observó que hay más de cien países con los que EEUU tiene un desequilibrio comercial, pero no puede librar guerras comerciales con todos.
"De todos modos, la balanza de pagos no puede volverse contraria, es totalmente imposible también en el caso de China. Entonces, librar una guerra comercial con China simplemente no tiene ningún sentido. EEUU simplemente está llevando a cabo negociaciones con China bajo el pretexto de una guerra comercial tratando de conseguir unas mejores condiciones".
"No tenemos miedo a la guerra comercial", subrayó el experto y explicó que China tiene un mercado grande y buenas perspectivas de desarrollo. El país se enfoca menos en las exportaciones y más en la demanda interna. El área de servicios también se convierte en impulsor del crecimiento y la inteligencia artificial puede desepeñar un importante papel en este ámbito. China apuesta también por la ciencia y tecnología.
"China es un país grande, y necesita reservas a gran escala. Nuestras exportaciones e importaciones el año pasado ascendieron a 30 billones de yuanes —unos 4,5 billones de dólares—, por lo que debe mantener cierta cantidad de reservas. China no puede, como algunos países, deshacerse completamente de sus reservas", señaló Liu Ying.
De acuerdo con el experto, China probablemente no se limitará a solo una medida porque necesita un enfoque integrado.
La subsecretaria de Estado adjunta de EEUU, Susan Shirk, comentó al canal estadounidense CNBC que es probable que las medidas chinas afecten al suministro de productos agrícolas de EEUU. China ya ha tomado medidas similares durante el deterioro de las relaciones con algunos países.
Por ejemplo, el gigante asiático prohibió el suministro de semillas de canola canadiense por un monto de 2.000 millones de dólares. Además, suspendió el suministro de carne de cerdo de los dos mayores productores canadienses. Después de una complicación en las relaciones con Australia, los barcos cargados con carbón australiano permanecieron en los puertos chinos durante más de un mes.
Por supuesto, en todos los casos, se impusieron restricciones a los suministros por razones específicas: los productos no cumplían con los requisitos fitosanitarios o ambientales. Sin embargo, todos estos retrasos coincidieron en el tiempo con las agravaciones en las relaciones entre los países.
Finalmente, China puede compensar los efectos de la introducción de aranceles debido a la devaluación del yuan. Según Bo Zhuang, economista de la compañía analítica de TS Lombard, citado por el WSJ, China podrá bajar el tipo de cambio del yuan a 7,6 por dólar.
Durante las rondas anteriores de negociaciones comerciales, China prometió a EEUU que mantendría su tasa de cambio en un nivel estable para no crear artificialmente ventajas competitivas para sus compañías. Sin embargo, si las reglas del juego han cambiado drásticamente y no se ha llegado a ningún acuerdo, nada impide al Banco Central de China revisar su política monetaria.
Los días 9 y 10 de mayo tuvo lugar en Washington la undécima ronda de negociaciones comerciales de EEUU y China, que concluyó sin avances.
El mismo 10 de mayo, EEUU aumentó los aranceles del 10 al 25% a los productos chinos por valor de unos 200.000 millones de dólares.
Además, el presidente del país, Donald Trump, ordenó empezar a elevar aranceles en prácticamente todo el resto de los artículos importados de China por un valor estimado de 300.000 millones de dólares.
Pekín destacó que no cederá a presiones externas cuando se trata de sus intereses nacionales y, según su Ministerio de Finanzas, respondió con la decisión de elevar a partir del 1 de junio los aranceles a las importaciones de artículos estadounidenses por valor de 60.000 millones de dólares.
Desde el año pasado, las dos economías más grandes del mundo están implicadas en una guerra comercial a gran escala.