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El Ministerio recordó en un comunicado que EEUU anunció la prórroga de las restricciones impuestas antes sobre la Oficina de Diseño de Tula y el Centro de Entrenamiento de las Fuerzas de Misiles Antiaéreos en Gátchina, así como la imposición de sanciones contra la fábrica 'Avangard' en Moscú.
La Cancillería rusa afirmó que "formalmente" Washington intenta acusar a Moscú de "violar la ley estadounidense que prohíbe la cooperación técnico-militar con Irán, Corea del Norte y Siria, que no tiene nada que ver con Rusia".
"En realidad, es evidente que se trata de un deseo de arreglar cuentas por la ayuda para reforzar el escudo antiaéreo de Siria, que Estados Unidos y algunos de sus aliados pusieron a prueba en más de una vez, al atacarlo en violación del derecho internacional", dice la nota.
El comunicado apunta que Washington impuso el 17 de mayo sanciones contra la unidad especial de respuesta rápida 'Terek' de Rosguardia (Guardia Nacional de Rusia), que se dedica a combatir contra los terroristas en Siria, "como si fuera un intento de impedir la lucha antiterrorista".
"Las autoridades estadounidenses necesitan reflexionar sobre la impresión que dan, sin mencionar el daño que sufren las relaciones ruso-norteamericanas y las posibilidades de una cooperación bilateral", agrega.
Según el Ministerio ruso, "parece que Estados Unidos se apresura a reducir a cero el ambiente positivo de la visita a Rusia del secretario de Estado, Mike Pompeo".
"Por supuesto, Rusia no se desviará de su rumbo. Le guste a Washington o no, Moscú continuará defendiendo con firmeza el derecho internacional, luchar contra el terrorismo y cooperar con los países con que decida", subrayó.
Pacto nuclear con Irán
La Cancillería también comunicó que Moscú espera que se logre evitar una escalada de tensiones con relación al acuerdo nuclear logrado en 2015 con Irán y conocido como el Pacto de Acción Integral Conjunto (PAIC).
"Esperamos que se logre evitar una escalada de tensiones… También confiamos en que Irán se abstenga de suspender sus obligaciones en el marco del PAIC", dice la nota.
La Cancillería rusa señala que depende mucho de los "colegas europeos".
"También depende mucho de nuestros colegas europeos y de su capacidad de reaccionar debidamente a las inquietudes de Irán, creando condiciones que permitan a empresas europeas mantener los nexos económicos y comerciales con Irán", subraya el comunicado.
El Ministerio de Exteriores ruso comenta al mismo tiempo que las perspectivas del PAIC "causan alarma".
"En su conjunto, las perspectivas del PAIC causan alarma, y consideramos que todas las partes implicadas deben emprender esfuerzos concretos para mantener la viabilidad y estabilidad del Plan, garantía de lo cual es el estricto cumplimiento de los compromisos del PAIC por todos sus participantes", destaca la Cancillería rusa.
Moscú también indica que prestó atención a las noticias de que Irán incrementó cuatro veces la producción de uranio poco enriquecido en su planta nuclear de Natanz.
"Pero incluso habiendo incrementado la producción, Irán se mantiene dentro de los límites establecidos por el PAIC, es decir, no se puede acusarlo de incumplir sus compromisos", dice la Cancillería rusa.
Al mismo tiempo agrega que cada vez es más evidente la necesidad de convocar una reunión de la Comisión Conjunta del PAIC.
"La necesidad de reunir a la Comisión Conjunta del PAIC es cada vez más evidente y esperemos que ya se reúne para que los países participantes del pacto puedan trazar conjuntamente las vías para normalizar la situación en interés de la preservación del PAIC", subraya la nota del Ministerio de Exteriores ruso.
En 2015, Rusia, EEUU, el Reino Unido, China, Francia, Alemania y la Unión Europea (UE) firmaron el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), que estableció limitaciones al programa nuclear iraní para excluir su posible dimensión militar, a cambio del levantamiento de sanciones internacionales.
El 8 de mayo, el presidente estadounidense Donald Trump anunció sanciones a los productos minerales iraníes.
El Consejo de Seguridad Nacional de Irán dispuso en la misma fecha la suspensión parcial de sus obligaciones en el marco del PAIC, reduciendo los compromisos nucleares alcanzados en este acuerdo para exigir que se levanten los embargos relacionados a la venta del petróleo y las sanciones bancarias interpuestas por Estados Unidos contra el país islámico.
El presidente iraní Hasán Rohaní estableció un plazo de 60 días para que las naciones europeas y los demás países firmantes del tratado tomaran una decisión: si seguir las indicaciones de Estados Unidos, o ayudar a Irán a eludir las sanciones.
Mientras tanto, ha decidido no vender uranio enriquecido ni agua pesada, que eran compromisos de Teherán para cumplir con lo establecido en el PAIC.